![Olivier Arson 4 credit Nerea Isusi](https://humointernacional.com/wp-content/uploads/2024/11/Olivier-Arson-4-credit-Nerea-Isusi-scaled-e1733313223432.jpg)
Por Tutti DuPlenty
Una conversación con Olivier Arson y Guillermo Rojo, sucedida en la plaza del 2 de Mayo de Madrid el sábado 30 de noviembre de 2024.
“El Llanto” está disponible para escucha en todas las plataformas, y para compra en una edición física en vinilo de 12″.
Me gustaría empezar hablando la interrelación entre Territoire y otras ramas de tu trabajo: bandas sonoras, instalaciones sonoras, etc. ¿Cómo se articulan entre ellas? ¿Qué papel cumple cada una?
Olivier: Bueno, antes el papel era un poco más difuso porque intentaba meter dentro de las bandas sonoras cosas que salían de mi trabajo personal, había un poco de efecto vasos comunicantes. Era interesante: por un lado lo que aprendía en las bandas sonoras me lo podía llevar a Territoire, y por otro esa idea de explorar y probar cosas nuevas con Territoire lo podía llevar también a las bandas sonoras. Pero las bandas sonoras han ido ganando muchísimo espacio en mi vida en general y ahora apenas tengo tiempo para Territoire, de modo que no se producen estos vasos comunicantes. Tengo muchas ganas de volver a eso. Estoy aprendiendo muchísimo en las bandas sonoras, cosas que tienen que ver con responder a narrativas que no son tuyas, a hacer compromisos con la visión de otra persona. A veces es desagradable, son procesos muy complejos, pero creo que lo que me voy a llevar es el aprendizaje. Y tú también, Willy, seguro. Es bestial lo que estamos aprendiendo. Y creo que esto se va a ver reflejado en lo próximo que haga. Tengo ganas de crear un espacio de tiempo largo para no remover la tierra, de modo que vuelva a ser un poco fértil. En resumen: que Territoire me permite agitar un poco para… ¿para poder fertilizar?
¿Como un barbecho?
Olivier: Eso es. Y luego la gran diferencia, lo que echo mucho de menos, es no tener ningún compromiso. Porque al final las bandas sonoras son compromisos continuos. Tengo muchas ganas de volver a Territoire para no tener más compromiso que conmigo mismo.
Varias veces te he escuchado hablar de Territoire con mucho cariño, o repetir que tienes muchas ganas de dedicar más tiempo a Territoire, aunque la vida es así y no siempre se puede.
Olivier: Si simplificamos mucho, lo demás es mi trabajo. Tampoco puedo decir que Territoire sea un hobby, porque es mucho más que un hobby. De hecho cuando le hablé de Territoire a mi terapeuta me dijo: “lo siento, pero esto no es un hobby”. Y es verdad, porque el nivel de exigencia que conlleva, que te pones, no tiene nada que ver con cuando voy a jugar al tenis o al fútbol. Ahí me da igual hacer dobles faltas o fallar un control.
¿Y, cuando una pieza está empezando a nacer, en función de qué decides si es para Territoire o para otro proyecto?
Olivier: Es una buena pregunta. Normalmente, cuando empiezo algo sé de antemano dónde va. O sea: compongo para una peli o compongo para Territoire. Pero es verdad que luego pueden pasar cosas. Me pasa a veces en películas, sobre todo en la fase inicial, en la que estoy explorando, probando ideas. Me ha pasado unas cuantas veces, cuando hay algo que me gusta mucho y sé que no va a encajar en la película digo: esto para mí, y me he guardado las ideas más guapas para Territoire. Al revés sucede menos, pero puede pasar, es un poco lo que he contado antes de vasos comunicantes. Pero normalmente para una banda sonora el 95% del material es nuevo para la película, no soy muy de reciclar.
Entonces cuando te pones a componer dices: “Vale, ahora voy a ponerme a componer para este proyecto”, ¿no?
Olivier: Sí, y lo mismo con Territoire. Creo que el estado mental es totalmente distinto, porque en Territoire es como jugar a tope. Sigo lo que me apetece hacer en el momento y ya está. Se trata más de escuchar como me siento, pienso menos. Al menos en un primer momento lo pienso menos, lo conceptualizo un poco más tarde, cuando ya empiezo a ver por dónde podría ir. Imagino que es un proceso que debe ser bastante común.
Willy: En tus bandas sonoras a veces hay contenido que a mí me sorprende. En ‘Apagón’, por ejemplo, de repente hay pistas que yo decía “¿de dónde ha sacado esto?”. De repente hay un clip, o algo, que es muy Territoire, muy Olivier. Y resulta que Oli había estado jugando con el modular, simplemente por pasarlo bien.
Olivier: Eso es verdad.
Willy: O como lo de construir una librería [sonora] propia. Hay algo ahí que yo creo que es muy interesante, un proceso global en el que puedes ir recogiendo cosas.
Olivier: Sí, es verdad, toda la razón. A veces hago música sin pensar, por placer. Y es verdad que puede pasar que de repente digo “ah, pues esto para una banda sonora, o esto para Territoire”. Pasa poco, pero pasa. Cuando das con algo en esos momentos es muy guay, porque no es fruto de una lucha mental. Me refiero a esa lucha mental en la creación que se da un poco entre lo que sabes hacer, la razón y… no sé, llámalo inspiración, o magia.
Willy: Juego.
Olivier: Eso, sí, juego. A veces el juego te puede dar un poco más de magia que el trabajo. No es como “pum, venga, son las 9:00am, empiezo a componer”. Pero bueno, de esa manera se crea también.
¿Te levantas todos los días a las 9:00 para componer?
Olivier: Sí, claro. Bueno, no solo componer, hay muchas cosas, pero todo alrededor de componer, sí.
Entonces enfocas tu creación muy de la mano de la disciplina.
Olivier: Es que no hay otra forma.
Bueno, sin duda hay artistas que lo enfocan de otra manera.
Oli: Habrá mil maneras de organizarse, pero creo que cualquier trabajo necesita cierta disciplina. Y no solo hablo del trabajo profesional, sino también del compromiso que tienes con tu arte. O sea, no puedes esperar a que bajen los ángeles a hacer el trabajo por ti. Es como lo que decía Picasso, que la inspiración te tiene que pillar trabajando, se ha vuelto un tópico, pero es que es totalmente cierto. Yo no creo mucho en la inspiración. Es verdad que hay momentos que a lo mejor más que inspirado estás un poco más sensible, pero eso tampoco te garantiza un buen resultado. Piensas que has hecho algo bueno pero luego lo escuchas al día siguiente y es una mierda, ¿sabes? En fin, es que es todo muy misterioso…
La banda sonora de ‘El Llanto’ es mucho más difícil de escuchar que la banda sonora de ‘As Bestas’, o ‘El Reino’. ¿Al hacer una banda sonora piensas en algún momento que esa obra va a ser escuchada de algún otro modo que acompañando una película? Yo ‘As Bestas’ hubo una temporada que me la ponía para escuchar en mi casa.
Olivier: Joder, qué guay. No, no pienso en eso más que al final, o quizá un poquito antes del final, cuando estoy trabajando en la edición para la escucha fuera de la película. Es algo que me gusta mucho hacer, la verdad. Es una buena pregunta, a ver, un momento que piense un poco. [Pasan unos segundos] En el caso de ‘El Reino’ hice un edit bastante loco para que fuese más escuchable. Es verdad que las piezas de una banda sonora en una escucha aislada no responden a ningún tipo de estructura, lo visual te marca muchísimo. Pero creo que ahora me gusta dejar las piezas así, tal cual. No facilita la escucha aislada, pero lo veo más honesto. Aunque no es ni siquiera lo que más me importa, pero es curioso, incluso para mí, ver cómo funciona, e incluso puede ayudarte a entender un poco más tu música, la música que haces para cine. Al ver cómo se comporta te llevas sorpresas.
Willy: Yo, por lo que he vivido, creo que no se piensa nada en el disco hasta el momento final. Y ahí sí creo que inviertes tiempo en darle una estructura, no diría lógica, sino… pedagógica, quizás. Por ejemplo en ‘El Llanto’ yo creo que la edición final deja muy claro que es un estudio electroacústico del tratamiento de la voz. ‘As Bestas’ creo que puede ir un poco más en la onda de la banda sonora de [Ryuichi] Sakamoto [y Alva Noto] para The Revenant, que es más escuchable. ‘Apagón’ sigue literalmente los episodios, y también hay un viaje, creo, a lo largo de la escucha. Creo que cada disco es distinto y creo que inviertes tiempo en darle una estructura que facilite que se pueda entender más allá de la peli, y eso creo que mola.
Olivier: Sí. Y has dicho algo que me ha hecho pensar en una palabra: documento. Para mí estos discos, en el caso de ‘El Llanto’ sobre todo, o ‘Apagón’, son como el documento de un proceso. No es tanto pensado como un álbum para escuchar. Y me gusta eso porque es como un estudio, un poco un cuaderno de bitácora: ha pasado esto y ya está. Y a quien le pueda interesar, pues estupendo. Es encontrar un equilibrio entre respetar ese carácter de documento, en plan “esto es lo que ha pasado, no lo toco demasiado”, y encontrar un orden, una secuencia que lo haga más o menos agradable para escuchar.
¿Entonces más que contribuir a dar forma al disco se trata de una adaptación una vez está hecha la obra?
Olivier: A veces es menos que una adaptación, es muy seco. Por ejemplo, en el caso de ‘El Llanto’ ha cambiado un poco la mezcla. Porque las necesidades para la pantalla a lo mejor no eran exactamente las mismas, y ciertos compromisos que hago con el director me doy el gusto en el disco de llevármelos a mi terreno. Pero en el caso de ‘Apagón’, por ejemplo, es todo tal cual, casi. Es que me gusta mucho eso. Es como los papers sobre el proceso que estoy haciendo ahora en mi web, me gusta mucho hacer eso y explicar un poco de dónde viene cada cosa, con quién has trabajado, etc. Me parece súper interesante y de hecho es algo que quiero hacer más e incluso sistematizar. En una antología de Pierre Henry, que salió hace un par de años, se ve que el tío se hacía una tabla con sus actividades diarias, como una agenda pero con formato tabla, donde una columna era “publicidad”, otra “conciertos”, y había una que era “documentar”. Es decir consideraba documentar como una parte de su trabajo. Supongo que es un enfoque más científico o de investigación. Yo no me considero tanto como eso, pero sí que me gusta tenerlo, incluso para mí, y para los que trabajan conmigo también me parece importante.
Bueno, aunque tu trabajo no sea ni científico ni una investigación en sí mismo, sí que hay una investigación.
Olivier: Bueno, sí, sí. Quiero decir que mi trabajo no es investigar. Yo investigo para trabajar, pero no trabajo para investigar. Algo así.
En más de una ocasión te he escuchado decir que te gusta sacar las bandas sonoras en vinilo. En este mundo en el que vivimos hoy en día, en el que ni dios se pone vinilos ya y todo el mundo escucha las cosas en streaming, ¿qué significa para ti un disco en vinilo?
Olivier: Podría contestar muy rápidamente y decir que es simplemente una especie de romanticismo: yo he crecido con la música en físico, y eso es algo que echo de menos y que no quiero perder. Pero podría también ir más allá. Para mí es reivindicar el valor de la música. No quiero empezar un coñazo de conversación, pero hay una devaluación de la música en lo digital. No voy a entrar mucho en detalles porque creo que sabemos todos de lo que estoy hablando, y todos lo estamos viendo. Pero en el cine especialmente creo que la música no está valorada al nivel que debería estar, y es necesario remarcar que la música de una película es una obra dentro de la obra. Eso en el cine no pasa con otros oficios, salvo quizás el guion, que de hecho somos los únicos que somos considerados autores a nivel de derechos. Es un tema un poco cuestionable, porque un montador es bastante autor también, por ejemplo. Pero es verdad que el guion y la partitura son las únicas obras que se pueden extraer de una película, no puedes extraer el montaje. O sea, el montaje es la peli. A lo mejor el cartel.
O el vestuario.
Olivier: Sí, eso iba a decir, especialmente si tienes algo creado ad hoc. Pero en el caso de la música es muy claro, y me apetece eso: mostrar que hay una obra dentro de la obra.
Esta pregunta sobre el sentido del vinilo no he querido hacerla en otras entrevistas de Humo, quizá por miedo a no encontrar una respuesta. Para la gran mayoría de gente sigue siendo importante sacar su música en vinilo.
Willy: Más allá de músicos y bandas, que eso quizá vaya por otro lado, yo creo que en una peli es guay extraer la banda sonora, porque a la gente del cine se le va a proponer escuchar esa música, y por otro lado la gente de la música puede llegar a la peli por ahí. Coincido contigo Oli en que en el cine a la música no se le concede siempre el valor o la importancia que podría tener. Y por otro lado tú eres un compositor que no mete mucha música, que hace que funcione con la peli y ya. O sea, no es meter por meter, que al final la cantidad también puede ahogar la película y no te enteras de nada de la música porque es como el ruido ambiente que tenemos ahora en esta terraza: yo ahora mismo no me estoy enterando de las conversaciones de alrededor, pero si estuviésemos solos nosotros y otra mesa al lado sí me enteraría. Creo que editar en vinilo contribuye a dotarle de ese contenido, no solo como estética, sino a concederle la importancia que por sí misma merece. Y subrayar también esa autoría. Yo creo que es importante. Creo que de hecho más allá de Invada Records hay pocos sellos que publiquen bandas sonoras. Bueno, igual hay más. ¿El de Invada es el de KVB y Portishead, no?
Olivier: Geoff Barrow, sí.
Willy: Que él también hace bandas sonoras, pues ahí está. Pero creo que hay una decisión ahí, más allá de la industria, y creo que también en eso Humo es muy ajeno a la industria. Humo se está disparando todo el rato en el pie, todo el rato. Y yo creo que es una decisión buena. Luego claro, los números no sé a cuánto da, cuánto de viable es. Es bonito pero quizá también romántico.
Yo también crecí escuchando vinilo y sé que es muy diferente escuchar una cosa en Spotify a ponerte el disco. Aunque estés leyendo o haciendo otra cosa lo escuchas de una manera diferente. ¿Cuál es el problema? Que yo ahora apenas escucho los discos en vinilo. Por tanto el problema no es el vinilo, el vinilo sigue funcionando igual que funcionó siempre; el problema es que yo ahora no escucho música como hasta hace unos años.
Olivier: Yo, salvo en el metro, me pasa lo contrario. Diría que escucho más que nunca en vinilo o en CD. Pero entre semana no puedo escuchar música, así que escucho música sobre todo los domingos. El domingo por la mañana suele ser mi día, y me pongo un par de discos. De hecho ahora últimamente me estoy poniendo un poco serio con la escucha de discos, porque escucho muy poca música, que es otro problema. Y lo hago como con una peli. Lo hice con estos [Somos la Herencia], cuando salió, dije: “voy a escuchar el disco de la Herencia”. Es cortito, así que lo escuchamos dos veces seguidas. Discazo brutal por cierto.
Recuerdo leer en algún sitio que con ‘As Bestas’ te propusiste componer una obra orgánica, en oposición a la electrónica de ‘El Reino’. En ‘El Llanto’ has vuelto a saltarte todo lo que habías hecho hasta ahora componiendo, por primera vez para ti, un trabajo en el que la voz es el único instrumento. ¿Crees que es posible saltarse barreras en cada trabajo, o más sencillamente: es algo que a ti te importe?
Olivier: No lo pienso así. O sea, ocurre. Creo que es por curiosidad y porque… bueno, porque primero es la peli. Es la peli la que decide. Aunque es verdad que hay mil maneras de abordar una peli. En el caso de ‘El Reino’ por ejemplo fue una idea de Sorogoyen: “oye, yo veo máquinas aquí”. En ‘As Bestas’ creo que tenía un poco ese reto personal de intentar hacer algo sin electrónica, pero sobre todo pareció natural. Si fuese otra peli que requiriese otra cosa, no lo hubiéramos hecho. Y en ‘El Llanto’ no me lo puse como reto tampoco, empezó a surgir la idea poco a poco. No recuerdo muy bien, ¿tú te acuerdas cuando apareció la idea de usar voces?
Willy: Creo que fue por el concepto de las tres chicas, que hablaran ellas de un modo musical, y la idea de cómo se conjugaban las tres mujeres.
Olivier: Es verdad. Bueno, más que las tres mujeres o las mujeres en general, para mí eran las mujeres de [spoiler alert] la habitación. De hecho, me gustaría descansar un poco y hacer algo con lo que me sienta más cómodo, porque cada proyecto es un aprendizaje muy bestia y mucha investigación. Pero creo que lo que comentas sucede por intereses, por jugar. Al final todo es por jugar. Me divierte jugar con cosas nuevas, cada proyecto es como un juguete nuevo. En ‘Apagón’ también nos pasó lo mismo, que construimos instrumentos desde cero.
Willy: Creo que hay un punto, un concepto inicial, a partir del que decides. En ‘Cerdita’ era la idea del matadero, en ‘Apagón’ era que no había electricidad y por lo tanto era como: “vamos a hacerlo orgánico”. ¿Qué pasa cuando tú no tienes un instrumento porque no puedes construir ni siquiera una guitarra? Todo fue muy rudimentario. ‘El Llanto’ era la idea de las mujeres en contraposición al hombre, hay una voz de hombre y muchas de mujeres. Creo que partes de un concepto y de ahí arrancas hasta el final. Te lo da la peli siempre.
Olivier: Sí, de manera a veces bastante literal. Arrancas un poco con el concepto muy sencillo de la peli, y luego vas tirando del hilo.
Willy: Bueno, en ‘Antidisturbios’ ya lo hacías, lo de hacer temas y luego ubicarlos, creo que eso lo has hecho siempre. Pero creo que a medida que has avanzado ahora es más estricto: en la etapa de exploración compones ciertas canciones, pero ya partes de esa primera idea. En ‘El Llanto’ es amenaza, o esperanza. No son conceptos estrictos, son más bien sensaciones. Creo que es guay.
Olivier: Sí, es que me apetece seguir un poco más el instinto. Hemos sido muy conceptuales hasta ahora y quiero dar más relevancia a las sensaciones.
Vale, última pregunta: ¿cuál es el papel de Willy? ¿En qué medida sientes que tu trabajo es más solitario o sientes que formas parte de un equipo?
Willy: Bueno, es un proceso en el que llevamos trabajando cinco años y seguimos a día de hoy aprendiendo y perfilando. Creo que no hay nada cerrado, aunque creo que cada vez se va concretando más. En el punto en el que estamos ahora yo me estoy yendo más a lo técnico. Fue también una decisión propia, yo dije que prefería relegarme más de la música y quitarle trabajo en lo técnico. Oli además quería centrarse más en la composición y estar más puramente con la música. Y creo que ahí sí que ahora mismo le estoy aliviando más, o al menos a futuro va a ser así. Yo creo que sí que hay un equipo y hay unas funciones más concretas, como exportar o organizar sesiones y todo eso. En ‘El Llanto’ hubo alguna investigación o tareas en cuanto a la música en las que le pude ayudar, pero yo creo que la música es suya y yo estoy apoyando un poco desde detrás, para que él pueda estar en un contexto en el que pueda crear. Y yo ahí me siento mucho más cómodo.
Olivier: Creo que es clave decir también que cada peli es distinta. Tanto respecto a los roles desempeñados como a los propios procesos de cada música. No tiene nada que ver el trabajo en ‘El Reino’ con hacer una composición para voces; la logística, todo, es completamente diferente. Ha habido muchos roles, y bueno, también es repartir el trabajo entre los dos, o a veces entre los tres, cuando hemos estado con más gente, como Abel [Hernández, El Hijo].
Willy: El objetivo quizá es que Oli pueda estar tranquilo y centrado en lo importante, que es la música, y que las burocracias que están alrededor nos ocupemos el resto. Por ejemplo en ‘El Llanto’ yo estuve más en la búsqueda de estudios, conversaciones con los ingenieros o el cuaderno de bitácora de grabación… Creo que el objetivo es eso, que Oli no tenga que pensar en otras cosas salvo en la propia música.
Olivier: Sí, la verdad es que con la carga de trabajo y el tamaño de ciertos proyectos puede pasar que un día desde las 9:00 am compongo una hora y todo lo demás es otras cosas. Ahora ya está funcionando mucho mejor, mi objetivo es estar componiendo y no hacer ciertas cosas que justo son las que le interesan más a Willy, en el caso de las cosas más técnicas. Aunque bueno, a ti te gusta mucho la investigación también, ¿eh? Es un poco repartir el trabajo, yo lo veo bastante transversal y bastante equipo. Es verdad que es un trabajo muy solitario y me siento todavía muy solo, dentro de que somos dos o tres. Porque no hay demasiada sensación de equipo dentro de una película. Yo siempre he intentado trabajar más con sonido, con montaje, pero al final las dinámicas no son esas y realmente solo trabajo de verdad con el director o la directora.
Pensé que sería mucho más coordinado.
Olivier: No, y sobre todo si lo comparas, por ejemplo, con el rodaje. En el rodaje se crea una verdadera familia durante semanas, pero en postproducción cada uno está en su cueva. No es algo que me guste, la verdad. Así que me viene muy bien poder trabajar con Willy y Abel, pero esa sensación de soledad sigue estando.
Vale, pero al menos, aunque solos, estáis tres.
Olivier: Sí, y eso es mucho. Todo esto solo no podría, ni me lo planteo.