Por Santi Fernández
Cualquiera que haya escuchado “Joven Predicador” sabe que Somos la Herencia no son una banda al uso. En esta entrevista confirman todas las sospechas hablando de una panoplia de temas que abarcan desde el odio adolescente a cierto indie español hasta la influencia del hip hop en las letras del grupo, desde la salud del post punk en España a, por qué no, una reivindicación del cine de elfos y orcos. Todo cabe en la túrmix de la Herencia, uno de los grupos más libres y divertidos del panorama estatal.
“Joven Predicador” está disponible para escucha en todas las plataformas, y para compra en una edición física en vinilo de 12″.
Este es el primer disco que producís solos.
Gonso: Sí, es el primero en el que hacemos el proceso de una forma casi totalmente independiente. En Dolo la producción de las demos la hicimos nosotros, pero luego esas demos pasaron por Olivier [Arson] y hay muchos sonidos que él añadió y quitó. Así que sí, se puede decir que ‘Joven Predicador’ es el primer disco que hemos producido solos, aunque en realidad hubo sugerencias de Raúl [Pérez, de la Mina], tipo prueba este pedal o grábatelo con esta otra guitarra. Pero todo lo que es, digamos, generar sonidos, programar o samplear cosas lo hemos hecho principalmente Willy y yo. Antes habíamos trabajado con otra gente, con nuestro colega Pablo Sanz, con Abel Hernández, con Leo de Nudozurdo… Pero diría que a partir de Dolo empezamos a hacer un trabajo de producción más serio desde el local, no solo grabar un ensayo con el móvil. La mayor parte del proceso la hemos hecho Willy y yo, evidentemente con las aportaciones de Guille y Quique. Por eso nos gusta evitar personalizarlo y preferimos decir “producido por Somos la Herencia”.
¿Entonces primero maquetáis ideas en casa y después las desarrolláis en el estudio?
Gonso: Hay una mezcla de cosas. De hecho nosotros mismos diferenciamos entre “temas de banda” y “temas de ordenador”. Hay canciones que salen en ensayo tocando juntos, como “No soy un ladrón”, “Müntzer” o “Granada FAI”, pero hay otros que directamente creo que son imposibles de hacer en el local de ensayo, como “Una flor”. La cuestión es que hace años Pablo Humo nos dijo “creo que tenéis que elegir si sois un grupo de electrónica o un grupo de rock”. Y entonces nos propusimos hacer algo más ruidoso. Aunque bueno, aquí hay una discusión interna, porque Willy considera que al final hemos hecho un disco muy pop. Yo creo que en este disco somos un grupo más de rock que de electrónica, aunque siga habiendo ese tipo de canciones que no surgen en el local, como “Todos bajan la colina”, que se siente más como un proyecto de Ableton que como una canción de rock.
Salta a la vista que es más rock que “Dolo”, al menos.
Guille: Sí, yo creo que para nosotros lo es. Este disco nació con la idea de intentar generarlo más nosotros en lugar de partir del ordenador, de que sea algo más fácil de tocar en directo sin que haya 57 secuencias ni sintes megaproducidos. Buscábamos algo más crudo, más orgánico. Eso es un disco de rock.
De cualquier forma hay canciones con estructuras muy quebradas. Yo la primera vez que lo escuché una de las cosas que se me vinieron a la cabeza fue: ¿cómo van a hacer esto en concierto?
Gonso: Mira, lo hablaba el otro día con Ernesto [Avelino, Cachito Turulo]. Me estaba dando su opinión sobre el disco y lo primero que me dijo fue “estáis jodidos para llevar esto al directo. Además, conociéndoos la vais a acabar liando. No os rayéis, hacedlo sencillo”. Y al final es lo que estamos haciendo. En “Dolo” todo iba supersecuenciado. Ahora en directo en algunos temas hay una ligera base o una capa de sintes, pero realmente si quisiéramos replicar todas las capas de sonido tal y como aparecen en el disco hay temas en los que tendríamos que ser diez.
Yo pensaba que la dificultad venía sobre todo del uso de sintes modulares, o de ruidos procesados por micros de contacto.
Guille: En lo que nos estamos centrando es precisamente en intentar generar en directo la máxima paleta sonora de ruido. Tocamos en Murcia el otro día y la verdad es que salimos sorprendentemente contentos. A mí me sorprendió para bien el resultado. Intentamos que esa paleta de ruido no dependa en exclusiva de un miembro de la banda.
Gonso: Al final la cuestión de llevar un disco al directo es como la novela del Señor de los Anillos y la trilogía de Peter Jackson: no tiene que ser igual al disco, tiene que estar guay en sus propios términos. Los temas no van a ser exactamente iguales, pero tampoco creo que el público quiera eso. Tienen que funcionar cada uno en su contexto.
¿Estáis contentos con la recepción del disco de primeras?
Gonso: Pues la verdad es que sí. Veníamos de un momento de un poco de desconexión. Llevábamos desde principios de año sin tocar en directo, no estábamos usando mucho las redes de la Herencia… Estuvimos muy centrados en acabar el disco. No es que estuviéramos preocupados de si se acordarían de nosotros, pero lo cierto es que la gente lo está escuchando mazo. Nos escriben muchos amigos, nos llama gente de prensa y de radio… Está siendo muy guay. Porque la salida de “Dolo” estuvo muy viciada por la pandemia.
Es lo que estaba pensando, que “Dolo” salió poquísimo antes de que empezara la pandemia.
Gonso: Y es que eso vició muchísimo todo. Hace cuatro años estábamos viviendo esa movida tan apocalíptica, y sacar este disco está siendo tan distinto que es como debutar otra vez. No sabemos lo que es sacar un disco en condiciones normales. Me ha gustado especialmente porque tenemos colegas que no tienen ningún tipo de filtro que si les pareciera una mierda nos lo dirían, y a esos colegas les está molando.
¿Y qué habéis estado escuchando estos cuatro años?
Guille: ¿Es el momento del namedropping?
Claro.
Gonso: Pues infinidad de cosas, claro. A mi es que me flipa el pop y escucho mazo, mazo música pop. Creo que podríamos hacer una lista infinita. Al final somos cuatro personas que cada uno escucha su movida. Que a nosotros nos gusta enseñarnos música en el local, pero las movidas que escuchamos son tan eclécticas que si nos ponemos a decir nombres va a quedar algo rarísimo.
Guille: Voy a dar una respuesta distinta a la de Gonso. Pero es complementaria, no excluyente. Yo diría que al principio del proceso de “Joven Predicador” hubo año y medio que nos tiramos pasándonos música entre nosotros, viendo qué cosas nos molaban e intentando aprender de los códigos de peña que nos molaban y aprendiendo nuevos procesos para tocar música distinta a la que habíamos hecho en “Dolo”. Me acuerdo de un periodo de meses que estuvimos aprendiendo juntos a hacer ruido solo con los mixers. Hubo también momentos que estuvimos tirando en una dirección tipo Crack Cloud. Por ejemplo por mi parte los bajos de “No soy un ladrón” y de “Granada FAI” vienen de ahí. Estábamos aprendiendo a salir de la zona gótica. Que no es que no supiéramos, Gonso lleva desde 2016 pasándonos remixes que hacía de reggaeton y canto gregoriano, pero sí que había esa necesidad de probar cosas distintas. En 2022 y 2023 Gonso y Willy también se fueron al pueblo de Gonso a hacer ruido y experimentar. Mira, un referente que se ha mencionado muchísimo este año es Show Me the Body. Pero claro, también es lo que dice Gonso: que una cosa es lo que traspasa a nuestra música y otra lo que escuchamos cada uno por su cuenta. Mi disco más escuchado del año pasado es el último de Arcade Fire. Y también he escuchado muchísimo a Iván Ferreiro. Ya me dirás tú qué tiene que ver.
Gonso: Mira, yo el otro día volviendo del concierto de Murcia les puse a estos en el coche el Brat de Charli XCX, pero no les gustó nada.
Guille: De hecho cuando te bajaste del coche Willy dijo “a tomar por culo el Brat de mierda” y puso noise.
Gonso: A mi me gusta mucho, pero lo puedo entender. No sé. La verdad es que escuchamos muchas cosas. Willy nos pasó muchísima música noise que no conocíamos. A mi por ejemplo me encanta la forma de producir de Oneohtrix Point Never. Es una referencia absoluta. También a título personal me flipa el hardcore de mazaos, en plan Gorilla Biscuits.
Guille: Tampoco es que haya una ruptura en este disco en plan “rechazamos todas las influencias anteriores”, simplemente nos apetecía probar otras cosas. Mira, por tirar un cable a Willy ya que no está en esta entrevista; para él fueron muy importantes las baterías de Moin a la hora de plantear qué hacer con su instrumento.
El disco al principio tenía 15 canciones y luego fuisteis recortando. ¿Fue doloroso quitar de ahí?
Gonso: Yo estaba convencido al principio de que “Joven Predicador” iba a ser nuestro “Donda” [de Kanye West], que iba a ser un delirio de trentaipico canciones. No es que tuviésemos 15 canciones, es que había muchas más, muchos proyectos, aunque las que están realmente terminadas, grabadas y mezcladas, son 15. Cuando tuvimos esas 15 se las pasamos al comité, a la gente más cercana, a Pablo Humo y a algún colega, y hablándolo se llegó a la conclusión de que tenía más sentido si se quitaban algunas, y también si salían con ese orden concreto. Al final de las tres canciones que se quitaron, dos eran de puro ruido, gritos, sonidos saturados, y la otra era de punk superguarro. Y en ese punto pensamos que era mejor un disco muy bueno de 12 canciones que uno bueno de 15. También te digo que hicimos todo esto pero luego a la gente se la pela el rollo de los discos. Igual te lo escuchas una vez entero, pero luego al final te coges tres o cuatro canciones y son las que te escuchas.
Bueno, yo creo que depende del oyente, ¿no? Hay todavía bastante público que se escucha los discos enteros.
Gonso: Buf. A ver, yo lo respeto. Está guay el oirte discos enteros. Por ejemplo yo disfruto muchísimo de ponerme el Berlin de Lou Reed en un atasco a Torrejón, en el coche, en invierno, flipándome con todo. Pero luego llego a casa y me digo estás de coña si te crees que me voy a escuchar ese disco entero.
Desde fuera siempre dais la impresión de ser, por encima de todo, un grupo de amigos que hace música juntos. ¿Cómo convive la amistad con la toma de decisiones artísticas y musicales?
Gonso: A veces bien, a veces mal. Pablo [Humo] nos dice muchas veces que nos cuesta tomar decisiones, pero eso es porque nos gusta votar las movidas. Porque yo por ejemplo tengo unas opiniones muy tajantes y evidentemente a mi me gustaría que se hiciera lo que yo quiero. Pero yo asumo que esto no es una sociedad mercantil, esto es un proyecto para pasárnoslo bien y hacer musicote. Y ahí hay que ceder y hay que respetar.
Guille: Pues yo creo que conviven aceptablemente bien. Siempre hay roces, como en cualquier tipo de convivencia, pero aquí seguimos.
El hip hop, por cierto, está muy presente en el disco.
Gonso: Sí, sí. Yo desde muy chaval entré en el rollo con mi amigo Antonio, que tenía un canal de YouTube que se llamaba “losfrikisdecuartoeso”. Al principio subía videos de chorradas de clase, pero llega un momento en el que empieza a subir mixtapes y yo me empiezo a empapar de la movida. Porque yo de más chaval escuchaba a Enter Shikari y a My Chemical Romance y cosas así. Pero una vez que lo pillé me enganché mucho. A mí del rap lo que más me gustaban eran las letras, ttardé mucho en encontrar letras de música en español que no me dieran vergüenza ajena. Cuando yo estaba cerca de la mayoría de edad la peña ya estaba a bloque con el rollo del indie español y claro, a mí por lo general me parecía una castaña que flipas. Y en el rollo del rap había gente con letras que estaban guay. No te hablo de Nach, te hablo de gente que sabía tirárselo con una capacidad de crear imágenes alucinante. Como en la letra que sampleamos de Hermanos Herméticos, lo de “entro por la ventana / me dejo las tripas en la alfombra”. Esa es la movida que me flipaba. Ya estaba en el primer disco, por ejemplo en lo de “limpiándome las uñas con el cuchillo” de “Pesar”. Y por cierto, enlazando con lo de antes de las influencias, creo que en la movida de la mezcla del rap y el rock me recuerda un poco lo que hicimos a los Beastie Boys.
La influencia rap también se ve en otras menos cañeras, como “Ignorante al fin”.
Gonso: Sí, ahí de una manera más tranqui. Al final forma parte del proceso de salir un poco de ciertas formas de cantar, del género al que nos asocian, pero estas influencias siempre han estado. Hay canciones de este disco que se parecen a cosas que grabamos en 2013 y 2014 que ya iban un poco en esa dirección.
Guille: Sí que la influencia del rap es más obvia en “Joven Predicador”. Pero en “Dolo” hay dos canciones que beben muchísimo del rap. Una es “Cuero rojo”, que me parece obvia la influencia, y “Hombres libres”, por la letra.
Gonso: Y otra cosa que me flipa del rap es el dropeo de nombres y que escuchar una canción te sirva para descubrir pelis, libros…
¿Para cuando un Genius de Somos la Herencia?
Gonso: Pues molaría. Hay ya uno por ahí, pero están las letras fatal. Se las inventan.
Guille: Sí, sí. Un pibe se puso a transcribir las letras del disco el día que salió y por la noche me tuve que poner a mandarle mensajes pidiendo que las cambiara porque se había puesto inventar historias sin sentido.
Todo esto lo vi porque un colega en Twitter había comentado que le flipaba el disco pero que no entendía bien las letras, que no pillaba las referencias.
Gonso: Vi esos tweets, y la verdad es que lo estuve pensando luego, y dándole vueltas pensé que no eran tan abstractas. En este disco he intentado que haya una movida narrativa en casi todos los temas, aunque puede ser más o menos clara, eso sí.
¿Y crees que hay en las letras del disco un componente generacional?
Gonso: A lo mejor de una parte muy concreta de una generación sí. Yo tengo colegas completamente ajenos a nuestro rollo, amigos con los que juego a rol, y que escuchan esto y flipan, y me dicen, ¿pero esto qué coño es?
Guille: A mi me parece muy absurdo que un grupo, o un escritor, hable de sus canciones o de sus movidas como algo generacional. Esa etiqueta, por definición, tiene que venir desde fuera.
Pero puede haber un esfuerzo voluntario por hablar de los problemas específicos de tu generación, ¿no?
Gonso: Sí claro, pero a veces siento que se están fetichizando esos problemas. A mí ya me cuesta oír una canción o leer un texto sobre precariedad si la tengo delante de las narices. Yo ya prefiero ver pelis de elfos, de orcos, y que no me rayen con el precio del aceite y nosequé. Bastante tenemos ya.
Una cosa, volviendo a lo del género al que os asocian, que parece que no puede ser nombrado, ¿está en un buen momento o empieza a estar en horas bajas?
Guille: Se llama post-punk. Nos gusta el post-punk y Gonso ahora se ha vuelto un hater cuando hace seis meses decía “nuestro disco es post punk”, o sea que no. O sea, tiene más cosas que postpunk. Pero no renegamos del post-punk.
Gonso: Es que por culpa del periodismo he terminado aborreciendo el término. En España le ponen ese nombre al pop con autotune, bombo a negras, sonido mákina y sintes superdetuneados, que a mi hay movidas de ese rollo que me flipan. Y no es por ponernos más papistas que el Papa pero aquí cuando se habla de post-punk te meten juntos a Antiguo Régimen, La URSS y Margarita Quebrada. Es la manía de etiquetar las cosas, que es una movida de periodistas. Por eso lo del post-punk aquí es un cajón de sastre en el que entra cualquier cosa y que por tanto no significa nada.
Guille: Yo no creo que esté en horas bajas. Al menos hablando de post-punk en España. No tengo ni puta idea de cómo está en otras partes del mundo. Me acuerdo de una entrevistas que dimos a Mondosonoro antes de publicar Dolo, en la que nos decían “ahora que estáis vosotros y que están VVV, ¿creéis que está surgiendo una escena de música oscura en España?”. Y nosotros respondíamos que no, que éramos dos, que no sabíamos lo que era una escena. Y cada vez que salía algún grupo más o menos del rollo nosotros en el local pensábamos anda, mira, qué guay. Pero éramos cuatro gatos, y lo que se ofrecía y se planteaba era sota, caballo y rey. Durante los últimos cuatro años ha habido una explosión muy tocha, y es innegable. Puede ser que se haya expandido a muchísimas cosas que se han acabado quemando muy rápido, y que haya gente que ya esté hasta los cojones. Pero es que las cosas han cambiado tanto desde 2019… la situación de ahora no tiene nada que ver; el género, sea lo que sea, para mi está más bien casi en un punto álgido.
Gonso: Al final de lo que hablamos es de música oscura para gente joven. Por lo general a la gente más mayor se la pela todo esto, sigue viviendo totalmente ajena a esto y sigue yendo al mismo sitio de siempre a escuchar Sisters of Mercy. Por eso digo que hablar de post-punk es algo demasiado grande como para hacer juicios así. Porque tú puedes pensar que está en horas bajas, pero luego entras en Tiktok y te sale un chaval diciendo “¿nunca te has parado a pensar cómo sonaría “Demasiadas mujeres” en post-punk?”. Y tú dices que no, que claro que no. Pero al final te ves el Tiktok, eh.