Vale, vamos a empezar fuertísimo con una pregunta fuertísima. ¿Qué papel cumple Viuda en vuestras vidas? De cada una de vosotras.
Eva: Madre mía.
Sara: Es la base de todas mis ansiedades, jajajaja. Pero puedo explicarme, puedo explicarme.
Marta: Para mí Viuda ha supuesto una etapa nueva de mi vida. Yo creo que nos ha dado muchísimas cosas buenas: hemos conocido mogollón de gente, hemos creado vínculos, hemos hecho amigos, hemos tenido experiencias que si no fuera por Viuda no hubiéramos tenido nunca… También a nivel personal hemos aprendido a gestionar muchísimas cosas juntas. Yo creo que ahora soy mucho más empática y transigente de lo que era antes, incluso más creativa. Tener un proyecto compartido te obliga a trabajártelo, no es como “hoy pinto y no vuelvo a hacerlo hasta dentro de seis meses”. Al final tienes el compromiso con otras personas que están en el proyecto contigo.
Eva: Por otro lado en un grupo tratas con personas, tienes que tomar decisiones, hay distintas opiniones… Tu vida pasa por distintos momentos y son cuatro personas con distintos momentos a la vez, y tienes que coordinarte con esos momentos vitales. Eso es complicado. Para mí es a la vez una bendición y una maldición. Una maldición en el sentido de que no lo quieres dejar, y a veces lo pasas mal.
Sara: Creo que es importante aprender a quitarte esa idea concreta que tienes en la cabeza y entender que va a ser mucho más interesante si lo hacemos juntas. Si no estás acostumbrada a trabajar con gente y en grupo ese es un chip importante que cambiar. Yo también opino que hemos aprendido muchísimo a nivel de gestión entre nosotras. Transigir, entender las partes de nosotras mismas que tenemos que cambiar para que sea más llevadero para las otras…
Elisa: Suscribo todo lo dicho.
Entonces el papel que cumple Viuda en vuestras vidas es que os ha ayudado a aprender cosas de vosotras mismas y entre vosotras como amigas. ¿Y a nivel artístico?
Sara: Para mí desde el principio Viuda fue como un potenciador de nuestras inquietudes. En plan empezamos y yo dije “¿puedo hacer el diseño de la portada?”, y Elisa dijo “va, lo grabo yo”, y Eva las fotos… Y creo que nos hemos desarrollado un montón gracias a esto. Para mí es también muy importante el papel de Viuda en ese sentido, y quiero que siga así. Siento que he cambiado profesionalmente gracias a Viuda. No se queda solo en la música.
Elisa: A mí a nivel artístico Viuda me permite explorar algo que me interesa, que es la mezcla de música tradicional y punk. Y bueno, pues también, como dice Sara a nivel técnico he mejorado como productora muchísimo. Al final le he dedicado bastantes horas a grabar y a mezclar y noto los avances claramente. Y también me anima ver en plan, joder, esto lo he hecho yo, ¿sabes? Al margen de eso para mí en este momento Viuda también supone algo importante en qué pensar. Mi vida no es solo ir a currar y luego llegar a casa y limpiar y hacer la comida y no sé qué. Hay algo más, hay algo creativo y algo interesante. Y eso me parece muy importante.
Viuda ha entrado por declaración propia en una nueva etapa. ¿Cómo definiríais a nivel artístico la etapa anterior y cómo veis la que se abre ahora frente a vosotras?
Marta: Yo creo que esta nueva etapa es mucho más personal. Al principio creamos un imaginario que nos molaba a todas, pero en el nuevo disco hablamos de cosas más personales: cosas que nos preocupan, que nos inquietan, que vemos alrededor, que les damos vueltas. Antes era más una cosa estética, así de imaginario que nos gustaba. La primera etapa no creo que fuera fruto de una decisión, fue que surgió así. Fue guay, porque nos definió como banda, pero no fue una cosa tan consciente como lo que es ahora.
Vale, la de antes era menos dirigida, y ahora es más dirigida.
Elisa: A ver, yo creo que un poco de decisión sí hubo, yo recuerdo perfectamente una conversación que tuve con Eva cuando no se podía salir por la pandemia y estábamos en la en la playa de la Provi, allí sentadas en una roca, y yo dije pues molaba hacer este rollo de mezclar punk y copla. Luego evolucionó por los derroteros que fuese, con las limitaciones también de todas y con las visiones y las aportaciones de todas. Este segundo disco en lo musical sigue un poco en la misma línea, pero sí es verdad que a nivel de imaginario, tanto estético como de las letras, gira más en torno a vivencias personales.
Sara: Cuando empezamos a ensayar el plan era un poco ir probando y buscar lo que nos gustaba a las cuatro. Pero era un poco ir pegando cosas, como “ah, pues esto mola”. Con este disco creo que fuimos más conscientes. También creo que tiene que ver con las limitaciones con los instrumentos, ahora podemos hacer cosas un poco más complejas.
Creo que se nota mucho en las letras, antes eran más imágenes sueltas y ahora por momentos son incluso narrativas.
Marta: Sinceramente, en el primero hay letras que escribí 35 minutos antes del ensayo.
Eva: Jajajaja eso no lo podemos decir Marta.
Marta: ¡Soy sincera!
Sara: Yo creo que al principio la composición también era un poco así, íbamos mucho más sobre la marcha. Y encima queríamos hacer más canciones para tener un set un poco más largo, y era un poco lo que saliese. Yo creo que ahora ha sido todo más desde la pregunta de qué es lo que queremos hacer.
Vale, no me estáis contestando del todo a nada, pero nos quedamos bastante cerca. Vamos con la siguiente. Elisa se mudó a una ciudad a 1.000 kilómetros el año pasado. ¿Qué supuso eso para Viuda? ¿Cómo afectó a la banda?
Sara: Bueno, Viuda ahora hace un triatlón cada vez que toca: blablacar, avión, tren y autobús. Jajajajajaja.
Elisa: Madre mía, van a la yugular estas preguntas. Pues sí, me mudé a 1.000 kilómetros porque es lo que tiene la vida cuando no hay trabajo, una tiene que hacer sus malabares.
Marta: La verdad es que fue duro. Duro a nivel compositivo, porque nuestra idea era empezar a componer más entre todas y eso no fue posible porque se volvió mucho más complicado ensayar. Para tocar en directo, complicadísimo, se va muchísimo en transportes, y también hay que gestionar horarios desde diferentes ciudades, etc. También a nivel comunicación, el whatsapp petado siempre de mensajes…
Eva: También antes nos veíamos más, y la comunicación es diferente cuando te ves en persona. Yo creo que eso también se resintió un poco. Pasamos a vernos solo para tocar; tocar e irnos.
Marta: Sí, antes pasábamos más tiempo juntas fuera de lo que es un ensayo.
Sara: Y luego, claro, todas las tensiones que surgen en una banda, esas tensiones de las que hemos hablado al principio, en el día a día se solucionan tomando una cerveza o lo que sea. Pero con la distancia las cosas se hacen más… más complicadas.
Marta: También a nivel de motivación. Antes nos veíamos una vez a la semana para ensayar, y el año pasado nos vimos una vez cada no sé cuantos meses, y de esa manera no tienes la banda tan presente. Tuvimos un parón bastante heavy en el que ni compusimos, ni tocamos, ni hicimos nada.
Pero entonces teníais mucha dependencia de Elisa en ese momento.
Sara: Cuando Elisa se fue Viuda era todavía una banda bebé. Cuando empezamos ninguna sabíamos tocar realmente un instrumento, solo Elisa. No es lo mismo que si se forma una banda en la que todo el mundo sabe tocar, que seguramente evolucione a otro ritmo. Nosotras todavía estábamos entendiéndonos, entendiendo el instrumento, explorando mucho. Creo que si se hubiese ido cualquiera otra de nosotras también habría habido una parada, estábamos en pleno desarrollo. Además en ese parón, un tiempo después de irse Elisa, yo me fui también. Todas hemos tenido momentos de pensar en irnos a otra ciudad, y Viuda era lo que nos ataba aquí. Sabíamos que en el momento en el que una se fuese iba a ser mucho más difícil. Y efectivamente.
Pero sin embargo lo estáis haciendo, ahí lo habéis sostenido contra viento y marea. Aún en esas circunstancias habéis grabado y publicado un disco y habéis seguido tocando, ni siquiera habéis parado de tocar en ningún momento. Eso revela mucho compromiso con la banda.
Eva: Sin duda. Ya te digo que Viuda es la banda rompeparejas. Hecho real. Jajajajaja.
Cris ha entrado en escena para sustituir a Elisa en los conciertos a los que ella no pueda ir. ¿Cómo se plantea su incorporación? ¿La idea es que Cris sea solo una ejecutante, o que llegue a aportar y formar parte de la banda?
Eva: Queremos que sea parte de la banda, que sea enriquecedora la experiencia para ambas partes.
Sara: Esta situación es nueva para todas, no sabemos muy bien cómo se hace esto. Entonces estamos un poco en plan tú siéntete parte de esto, y vamos a ir viendo cómo nos sentimos. A saber qué sinergias se crean y de qué manera conviven Cris y Elisa a la vez. Cris nos acompañó como técnica cuando hicimos una gira por Andalucía, y fue muy bien. Entonces yo que sé, igual el rol de cada una dentro de la banda no tiene que ser tan cerrado, quizá encontremos otras formas.
Eva: Lo importante es que ella es parte de la banda, y en eso creo que estamos todas de acuerdo. Elisa sigue siendo parte de la banda, y es una parte muy importante, que ya lo hemos hablado en las anteriores preguntas.
Sara: Todas estamos súper cómodas con ella. El valor que tiene también es como persona dentro de la banda, sea como técnica, sea como guitarrista. Simplemente es parte de la banda y punto. Y aporta. Es una viuda, la 5.ª viuda.
Sigamos en este mundo de la introspección. ¿Cómo están repartidos los roles en Viuda? ¿Cuál es el papel de cada una?
Marta: Al principio, cuando empezó la banda, claramente había unos roles muy definidos que eran, básicamente: Elisa guiándonos como si fuera Moisés entre las aguas, porque venía de vuelta de tener mil bandas y nosotras no habíamos tenido ninguna. Estaban muy claros los papeles: Elisa componía, Sara hacía el diseño, yo letras… Pero ha ido pasando el tiempo, las demás hemos ido cogiendo experiencia, y todo el mundo empezó a querer aportar cosas. Esto es muy positivo y muy guay, pero nos ha llevado muchísimos quebraderos de cabeza. Para resolverlo, en la última reunión hemos hecho un documento en el que están establecidas las tareas de cada persona. Ahora cada una tiene su rol, todas aportamos, pero en el momento que no se llega a un acuerdo, dependiendo de qué estemos hablando, tiene la última palabra la persona que se encarga de eso.
Elisa: Bueno, a ver si a partir de ahora lo empezamos a hacer más así, porque es verdad que al final todas, menos Eva, siempre estamos ahí queriendo meter la cabeza en todos los asuntos. Y por un lado está bien aportar tu visión y tu opinión, pero claro, todo en su justa medida.
Sara: Y ahora estamos todavía ubicándolo y tal, pero a medida que vaya pasando el tiempo creo que Cris también formará parte de eso.
“Molinera molinera”, “mi abuela me decía”, “quincalla”… muchas cosas en este disco remiten a un mundo pasado. Incluso la referencia conceptual a lo industrial en esta España de pisos turísticos que vivimos es un tanto anacrónica. ¿Habla este disco de un mundo pasado o de un mundo presente?
Marta: Pasado, presente y futuro. No puedes entender el presente ni pensar en el futuro si no tienes presente el pasado.
Tienes toda la razón.
Eva: Qué bien habla esta chica.
Sara: Yo creo que justamente juega un poco con ese pasado-presente. Habla de la industria en Asturias, que fue su motor económico, y como eso ha ido desapareciendo y ese lugar lo ha ocupado el turismo.
Marta: Creo que tiene muchísima importancia a nivel emocional. ¿Cómo se veía todo esto antes y cómo se ve ahora? La industria en Asturias era percibida como algo positivo para la sociedad, y ahora no tanto. Por ejemplo el papel contaminante de la industria frente a su capacidad de generación de puestos de trabajo. Antes Arcelor alimentaba a mi barrio entero, y media ciudad de Gijón, y era percibido como algo súper positivo y nadie se paraba a pensar “¿me dará cáncer de pulmón?”. Lo importante era comer. Ahora ya no está tan bien visto.
Vale.
Marta: Ahora hay cosas que están por encima de eso. Cosas no sé si más importantes, pero sí al menos igual de importantes, y que se están empezando a valorar. O cosas que a lo mejor se pueden hacer de otra manera que antes ni siquiera se planteaba. Y con el turismo lo mismo, el turismo siempre fue como “Asturias, paraíso natural”, “mantenida por el turismo en un 60%”. Que sí, está muy bien todo eso, y hay mucha gente comiendo del turismo. ¿Pero estamos haciéndolo bien? ¿Está todo bien? ¿Nos renta?
Sara: La idea es retratar cómo en Asturias, primero con la industria y luego con el turismo, nos dejamos morir para poder sobrevivir. Cómo nuestra supervivencia nos mata a nosotros mismos.
Eva: Yo es que el turismo lo llevo odiando desde pequeña, porque los sitios a los que iba empezaron a estar llenos de basura y destrozados. Ahora la gente que quiere quedarse aquí a vivir no puede. Y empiezas a ver que tus colegas se quieren quedar en Asturias pero no hay trabajo para pagar esos alquileres. Y para mí es importante que la gente se quede para que también haya grupos, para que haya gente haciendo cosas, para que no se vayan a Madrid.
Marta: Y hay gente que tiene proyectos en Asturias que se acaba yendo fuera, y viene gente de fuera a disfrutar sin aportar nada, simplemente vienen aquí rollo “Asturias, refugio climático”. Y encima estamos en un momento absoluto de decadencia en cuanto a protestas sociales. Pero bueno, lejos de todo esto que son todo quejas, la gracia de hablar de todo esto en el disco, por lo menos para mí que he escrito las letras, es que lo romantizado de una manera rarísima. A mí misma me sorprende cómo lo romantizado, ¿sabes? Como “qué maravilloso Asturias gris, lleno de chimeneonas y de contaminación”. A nivel estético es algo que he interiorizado tanto como algo tan nuestro que lo odio, pero a la vez es mío. No sé, yo prefiero ver la chimeneona de la fábrica esta de aquí arriba que “el árbol de la sidra”. O las letronas. ¿En serio tienen que poner unas letras ahí para que la gente que llegue de los cruceros se pueda hacer fotos con unas letras atrás que ponen Gijón en rojo?
Eva: Voy a poner una bomba. Aviso por esta entrevista: VOY A PONER UNA BOMBA.
Marta: ¡Ah ah, habla de GATU!
Eva: Tengo pensado crear un grupo anti turista que se llama GATU. G.A.T.U.: Grupo Anti Turista.
Elisa: No sé, yo antes que las chimeneonas prefiero los árboles que todavía hay en Asturias. Bueno, que todavía hay y que ha habido siempre. Eso y salir un poco de la ciudad.
Bueno, no me habéis contestado en absoluto, pero vale.
Eva: ¿Cuál era la pregunta?
Dice: “Molinera, molinera”, que ahí no hay fábricas por ningún lado, una molinera está en un molino. “Cuando mi abuela me decía”, mi abuela no tiene por qué estar en una fábrica ni nada…
Marta: Pero esa canción claro que tiene que ver con fábricas, “Quincallera”. Hombre, por supuesto. Esa canción habla de la Campa Torres, que es un cabo que hay justo encima de mi barrio y hay unas bombonas enormes de gas butano, gigantes, todas juntas, que se ven desde la costa, super guays. ¿Pero qué pasa? Que si un día una explota, mi barrio por lo menos se va a la puta. Entonces la canción habla de que quiere volarlo, explotar las bombonas de la campa, y volar Gijón y volverla a construir de cero. Y lo de mi abuela es mi abuela diciéndome “estás loca, eres una zalamera, quieres convencer a todo el mundo que te siga el rollo, estás como un cencerro”. Porque dije “ya podían explotar las bombonas de la campa y llevarse a todos los turistas”. Y por eso lo de crear una estampa para que lleven en las carteras los turistas con todo en plan destruido. Ese tema va sobre explotar la campa en vez de tirar fuegos artificiales en la Semana grande de Gijón, con todos los alemanes viéndolo que acaban de bajar del crucero.
Muchas letras del disco describen un mundo en el que las protagonistas son mujeres trabajadoras, no sexualizadas, centradas en salir adelante. También me da la sensación de que la voz que utiliza Marta al cantar ahora es menos juvenil que antes. ¿Se me va la olla o hay algo en este disco que habla un poco de ser mujer y hacerse mayor?
Sara: Igual antes era más provocativa desde una provocación más fácil. Y ahora hay una crítica y una provocación desde algo más profundo y más serio.
Marta: No lo había pensado, pero seguramente sí. No está hecho aposta, pero yo a raíz de que vosotras hicierais muchas bromas sobre mi manera de cantar, que me decíais que era como seductora, dije “pero si yo lo que quiero es dar miedo”. Y cambié mi manera de cantar. No quería que fuera una voz sexualizada, quería que fuera una voz que dijera: te dejo como un colador a navajazos.
Entonces se me va la olla y no va en absoluto de eso, ¿no?
Marta: No habla de eso, pero sí que es un disco más maduro. Lo que hablábamos antes de que habla de preocupaciones reales, no de un imaginario. Ahora es más como “qué me toca los cojones en mi día a día”, “qué me ralla”, “por qué estoy preocupada”… Al final, a ver, yo me rodeo de mujeres y hombres en mi vida, pero mucho más de mujeres. Y mis amigas están muy presentes, que son todas mujeres súper independientes, muy feministas. Mi abuela, que también es una mujer con muchísimo carácter, también cojo muchas de las cosas que me dice para hacer letras. Yo creo es algo que sale un poco solo.
Eva: Pero yo creo que también tiene que ver con que hablas de temas que nos tocan, y obviamente ya no somos niñas.
Sara: Me gusta mucho esa percepción, lo de que es más maduro y tal. Quizá el primer disco es la juventud y ahora es la madurez, y luego al ritmo al que hemos ido vendrá ya la vejez, jajajaja.
Otra cosa que me llamó la atención en este sentido en el disco es la locución de la mujer que habla de por qué se cerró la tabacalera.
Eva: Es una paisana de Gijón que es muy mítica y tiene varios audios hablando sobre Gijón. En ese audio habla de la Tabacalera, que era una fábrica que estaba en Cimadevilla.
Marta: Era una fábrica de tabaco en la que todas las trabajadoras eran mujeres. Las mujeres de Cimadevilla, tanto las pescaderas como las cigarreras, eran mujeres súper independientes, súper rudas. Eran las que mandaban y las que decidían. Por ejemplo a Rambal le pegaban palizas al principio y las mujeres de Cimadevilla lo protegieron y ya no hubo quien lo tocara. A mí me lo contó mi abuela. Al final lo asesinaron, pero mi abuela dice que a Rambal en Cimadevilla no lo podían ni mirar mal porque como alguno se metiera con él las pescaderas le reventaban.
Elisa: La que habla es la Tarabica, nombre real Fredesvinda, que era una señora muy mítica de Cimadevilla. Siempre me gustaron mucho esos audios y me molaba utilizarlos para algo, porque además me encanta el acento que tiene, que es de Gijón cerrado. Dice que salen por ahí solas, que fuman… Estuvimos dudando mucho si usarlo al final o no,¿eh? Vi que Rodrigo Cuevas había metido un audio de Rambal, precisamente, en el disco anterior. Al final decidimos que nos daba igual y que no pasa nada por hacer lo que alguien ha hecho antes, porque así se abren los caminos. Así que ahí está la Tarabica.
Muchas cosas en este disco parecen hacer referencia, más que a la industria, a la clase obrera. También esos teclados que suenan a lo largo del disco son la viva imagen de una cabra girando encima de una escalera, remitiendo a una realidad social muy determinada. Creo que a Viuda os ha pasado mucho que vuestra propuesta estética es tan potente que algunas personas no ven más allá y ni se interesan por lo que queréis decir, con o sin palabras. ¿Habéis sentido alguna vez que vuestra música, o Viuda, ha sido infravalorada?
Marta: Obvio.
Sara: Sí.
Eva: Sí. Y aquí tengo algo que decir: una vez una persona cuyo nombre no voy a desvelar nos dijo “os está yendo muy bien, pero es porque sois cuatro chicas”.
Lo que me parece fascinante es que solo os lo hayan dicho una vez.
Marta: Tan directamente a nuestra cara sí. Aprovechó también para decir que Humo nos había fichado por tener un grupo de mujeres.
Sara: Normalmente la gente lo deja caer indirectamente, pero esta persona con sus dos huevos colganderos dijo que estábamos tocando por ser mujeres. Ya hemos desvelado un dato: tenía huevos.
Si no lo llegas a decir no lo hubiese sospechado nunca.
Marta: Yo creo que el disco nuevo ha sido un poco precisamente decir: sí, somos un grupo feminista, sí, somos un grupo de mujeres. ¿Preocupaciones de mujeres? Seguramente, porque es lo que somos. Pero hay algo más allá, y nos preocupan otras cosas, más allá de que alguien me haga un comentario machista, ¿sabes?
Eva: Yo tampoco me he sentido nunca mal, también te digo. Me la suda un montón, la primera que se critica a sí misma soy yo. Pero sí es verdad que cuando eres mujer y te subes a un escenario te van a estar mirando de otra manera que si es un hombre, te juzgan de otra manera.
Marta: Si un grupo compuesto por cuatro hombres técnicamente no es la hostia, la gente dice “técnicamente no son la hostia” y ya está. Pero si eres una tía ya todo es porque eres una tía.
Elisa: Lo de la propuesta estética sí creo que es cierto, pero también tengo que decir que un poco la gente funciona así en general. Obviamente está el componente de género, pero mucha gente se guía por la pura apariencia. Es algo que cada vez tengo más claro y que da mucha pena y mucha pereza.
Este asunto lo pensé porque en realidad unas cuantas canciones de este disco ya lleváis tiempo tocándolas. Y muchas veces me ha dado la sensación de que Viuda sois percibidas como que hacéis así punk intrascendente, totalmente intercambiable por cualquier otra cosa, como si fuese de relleno.
Sara: Eso iba a decir yo, que más allá del tema de ser mujeres sí que creo que hacia la música que hacemos a veces hay como una simplificación, como “ah, hacen post-punk”. Hay algo un poco más allá de que hacemos post punk y Marta grita. Creo que Viuda aporta algo bastante guay. No es un grupo que escuches y no reconozcas, que pueda ser cualquier otro grupo que haga ese mismo estilo de música; Viuda lo escuchas y dices coño, es Viuda. Y eso para mí es súper importante. Puede gustarte más o menos, pero somos Viuda, y si nos escuchas no te vas a quedar indiferente. Gracias.
Eva: Sí. Te puede gustar o no, incluso te puede parecer una puta mierda, pero vas a reconocerlo.
Elisa: Sí creo que se nos percibe a veces como que hacemos punk intrascendente. También creo que en realidad muchas veces a la gente, por lo menos en las reseñas, le llama mucho la atención esa mezcla de copla, rumba y punk que, bueno, obviamente no somos las primeras en hacerlo ni seremos las últimas.
En la presentación del disco del otro día en el local de Humo Marta dijo que la canción “Cigarreres” representa un poco la resistencia, y justamente esa palabra es la última que se canta en el disco. ¿Resistencia a qué?
Sara: Habla de quedarte.
Marta: Sí, justo lo que estábamos hablando. Gente inteligente, con proyectos, con cosas que aportar, con inquietudes, que en vez de huir se queda intentando solucionar esto y aguantando el chaparrón.
Eva: Gente valiente… o privilegiada. No hablo solo de privilegios económicos, también es un privilegio poder quedarte.
Marta: En este caso valiente, habla de nuestras amigas. Esa canción es un símil con las cigarreras de la fábrica de Tabacalera haciendo referencia a nuestras amigas.
Sara: Que fumamos mucho, jajajaja.
Marta: Y que aparte que fuman mucho son mujeres muy independientes, muy inteligentes, muy fuertes, que aportan muchísimas cosas. Los audios al final de “Un pastor” son ellas, nuestras amigas. Son notas de voz que han enviado por WhatsApp enfadadas.
En el insert decís: “no pertenezco a una agrupación de naciones, ni a una nación, pertenezco a mi barrio”. Más allá de divisiones administrativas, ¿a qué pertenecéis?
Elisa: Yo estoy un poco dividida ahora mismo, pero bueno, siempre me ha costado contestar esa pregunta. No sé, espero que se resuelva en algún momento.
Marta: Yo a lo único que me siento perteneciente es a la gente que me aporta y está ahí, en mi día a día. O sea, el que me vende el pan, la banda que toca conmigo en Humo, mis amigas, mi güela, el que me lleva en el autobús público.
Eva: Yo iba a decir una cosa parecida, pero enrollándome un poco más. Hasta hace muy poco yo no acababa de encontrar gente con la que encajase del todo. Bueno, encontré a Marta, pero siempre me sentí como un poco frustrada en esa búsqueda. Ahora no busco tanto eso, sino que estoy contenta de estar donde estoy. Doy más importancia a las cosas y a las personas del día a día. Un poco lo que decía Marta, en plan mis amigas de toda la vida, que siempre han estado ahí, mi familia, aunque no tenga tantas cosas en común de música o de gustos. Ahora valoro mucho más las cosas cotidianas. Ser feliz con las cosas más sencillas creo que es lo mejor que te puede pasar, porque si no vas a estar todo el rato buscando algo que nunca vas a encontrar.
Marta: También no solo la gente que te aporta, sino la gente que está sufriendo tus mismos problemas. La contaminación de las fábricas, los que están comiendo los mismos residuos que tú estás comiendo, los problemas del turismo, los problemas de la vivienda… Quien esté sufriéndolo contigo, esa persona forma parte de tu colectivo, perteneces al mismo grupo.
Sara: Es verdad. Yo también siento que pertenezco a una comunidad que se preocupa y se interesa por lo más genuino de las personas y su potencial. Me ha pasado por ejemplo con Humo. O sea, creo que Humo es un sello que destaca bastante por esto, por ver no solo lo musical de los grupos, sino la persona que hay detrás, y creo que si estás en la familia es por eso. Porque somos personas muy especiales, jajajaja. Creo que me he empezado a relacionar con gente así a raíz de Viuda, que esto es algo que igual podría haber dicho al principio también. La música, el diseño, el arte, son mundos en los que hay mucho guayismo, pero creo que también hay gente que ve dentro de las personas, y yo a eso es a lo que siento que pertenezco. Hay gente así en todas partes, gente que se preocupa por la persona y quién es y que se implica en desarrollar lo mejor de esa persona.
Marta: Es cierto lo que dices, a mí Pablo me ha llamado alguna vez para preguntarme sobre alguien que ha mandado un mail con su música y no me ha preguntado “¿a ti te mola lo que hace?”, o “¿cuántas personas había en su concierto?”, me ha preguntado: “¿es buena peña?”.
Sara: Sí, es un poco como ver el potencial que tiene esa persona. No desde un lugar de interés o de molar.
Eva: Yo también creo que hay mucha gente que me ha tratado de forma diferente dentro de la música. Por estar en Viuda o por estar en Humo o lo que sea. Yo estoy en mood volver a casa y querer a los míos.
Bueno, son dos maneras diferentes de volver a casa.
Sara: Sí, Eva está más así y yo estoy más saliendo fuera, en plan emocionada, como diciendo ¡ah, vale, era esto!