El debut de Perdón Por Todo
Al poco tiempo de caer rendidos ante las canciones de Perdón por Todo les preguntamos cómo había surgido todo aquello, de dónde había salido esa pequeña colección de hits que nos había dejado torcidos. Ellas nos dijeron que lo suyo había nacido de la improvisación, del espíritu punk del hacerlo uno mismo y trascender las limitaciones técnicas o económicas. Que tal vez no tenían mucha idea de qué estaban haciendo cuando rasguearon sus primeros acordes, que nada les unía más que la amistad y el disfrutar juntos, nos hablaron de meriendas y de ensayos terapéuticos. Pero más allá de la inocencia inicial de la propuesta había un talento innato para escribir grandes canciones y una frescura evidente, tangible.
Y es que Perdón por Todo no surgen de la nada. El quinteto viene de la fertilísima escena punk valenciana, cercano a bandas como Finale o Futuro Terror. Y si estos otros proyectos se apoyan en la rabia, Perdón por Todo reescriben el pop intimista y lofi desde un punto de vista mucho más oscuro del que podría parecer a priori. Con los mimbres con los que otras bandas facturan pop lánguido e inane Perdón por Todo rompen con lo preestablecido, son capaces de mostrarse sentimentales sin un gramo de cursilería, de sonar contemporáneas sin perder el vínculo en común con la tradición de cierto post punk hipermelódico y conciso, recordando, tal vez sin pretenderlo, a Television Personalities o Ataque de Caspa.
El gran triunfo de Perdón por Todo es el de esquivar lo obvio. Desde las guitarras arpegiadas de regusto ochentero que iluminan todo el EP, al pop hipervitaminado de “Se hace tan tarde” o garage pop contagioso de “Mirarte es ocultar”, tan melancólica como expansiva, que mira de reojo a los Strokes, nada suena a pastiche. Y ese es el gran triunfo de este debut, que grabó y mezcló su guitarrista, Javato (Finale), masterizó Diego Escriche (La Plata) y para el que Julia Prat diseñó la portada. El debut de Perdón por Todo está ya disponible en todas las plataformas y en edición limitada en casete.