Por Tutti DuPlenty / Foto Fabio Calabretta
Dame Area publican este septiembre su quinto álbum en casi una década de andadura. “Toda la verdad sobre Dame Area” es un disco palpablemente más ambicioso que sus predecesores, con un sonido apabullante, dirigido a dinamitar por completo la sospecha de que la magia del dúo barcelonés radica sobre todo en sus universalmente arrolladores directos. Aclamados y reclamados por los medios y festivales más reputados del mundo, Silva y Viktor hacen un hueco para charlar sobre sus orígenes como banda, su música, misterio, magia, la música de baile, y su nuevo disco.
“Toda la verdad sobre Dame Area” sale el viernes de esta semana, 13 de septiembre, y ya está disponible en preventa. Sus adelantos se pueden escuchar en todas las plataformas.
Creo que a pesar de ser una banda que está muy presente (en el sentido de que estáis tocando un montón, saliendo en prensa, etc), muy activa en redes, y perfectamente accesibles en lo personal, despertáis una cierta sensación de misterio. ¿Se me está yendo la olla, o vosotros también lo veis?
Silvia: ¿Sí? Bueno, quizás el hecho de venir de Màgia Roja… Un espacio que ahora encima ya no existe; si no has estado ya no puedes ir. Quizá esto pasa más en España. No sé, ¿tú qué piensas?
Viktor: No lo sé. No soy capaz de verlo tan de fuera. Sí que hay alguna gente, como dice Silvia, que nos asocia con Màgia Roja o que conoce ese mundo, pero eso no es una mayoría ni siquiera en España. De tanto en cuanto nos encontramos con alguna persona que está súper metida en el rollo, y para esa gente sí que es como guau.
Pero en ese caso ese guau puede ser más de admiración, de “guau, esta gente que ha hecho todo eso”. Me refiero más a una percepción como de que fueseis una gente muy rara, que vive en un sitio muy raro, que nunca se sabe dónde está, que hace cosas secretas, que habla de cosas ocultas todo el rato.
Viktor: Jaja. Bueno realmente sí que hemos hecho un montón de cosas que mirando atrás son bastante alucinantes o como mínimo muy peculiares. Pero también hay una parte de, supongo, fantasía, mezclado con una parte de verdad. En la época de Màgia Roja había mucho más de ese rollo, porque estábamos más en Barcelona, en una comunidad y todo eso. Y el sitio en sí daba pie a cosas mágicas que pasaban todo el tiempo e incentivaba que la gente se comportara de otra manera.
Silvia: Creo que había gente que con el local sí le pasaba un poco eso: “¿es una secta? ¿no es una secta?”. Dentro de ese contexto puedo verlo, y hemos jugado con ese tipo de cosas.
Viktor: Jugábamos para nuestro propio entretenimiento, y además pasaban cosas que… Por ejemplo, nos ha venido gente a preguntar un día entre semana, cuando estábamos cerrados, “¿esto es una secta?”, y nosotros decir “no, es una asociación cultural”. Y nos contesta “si sois una secta satánica me estaría bien”.
¿Satánica, concretamente?
Viktor: ¡Incluso salimos en un libro de satanismo!
No se me estaba yendo la olla. Vale.
Silvia: Y un pavo en un webzine de conspiraciones muy conocido escribió acerca de Màgia Roja en plan “en este portal notas que la energía cambia, no quiero saber qué cosas están pasando ahí dentro”. Y después en un mapa unió el local con otros sitios en la ciudad y hacía como una forma extraña, no sé, de un triángulo perfecto. Y a raíz de eso vino gente emparanoiada.
Viktor: [Enseña en el móvil una fotografía de una página del libro “Yo, satanista”]
[Leyendo en voz alta] “… sus propietarios se definen como una organización apta para promover y diseminar la música inspirada en la magia”. Claro, cómo no va a dar una sensación de misterio.
Viktor: A ver. sí se hicieron muchas cosas, algunas de nuestra cosecha y otras facilitando a gente montarlas. Muy divertidas además. Daría para muy largo y no se puede hablar de muchas de ellas… mejor que la gente investigue por su cuenta. Es más entretenido.
Silvia: Yo creo que es algo que se percibe más en España, sobre todo en Barcelona, por gente que ha escuchado hablar de Màgia Roja. Y hay como ese misterio de “qué pasaba dentro de ese sitio, qué era”. Y nosotros vivíamos ahí, en el mismo local. El grupo ha nacido ahí, ahí hemos grabado los primeros discos… Está muy ligado.
Lleváis casi diez años tocando, y a lo largo de ese tiempo vuestra música, lógicamente, ha ido transformándose. ¿Sois capaces de distinguir algún tipo de pauta en esta evolución? ¿O veis algún tipo de etapa o fase?
Silvia: Bueno, creo que el COVID. El último concierto que hicimos antes del COVID tocamos con un grupo, Wackelkontakt, que les hemos sacado en Màgia Roja, que para mí es uno de los mejores directos que he visto. Ellos tocaron después de nosotros, y tuvimos esa cosa de “cómo tenemos que mejorar, son muchísimo mejores que nosotros”. Y justo después de eso llegó la pandemia. Y entonces tuvimos mucho tiempo para ir mejorando, ir añadiendo elementos a los directos e ir haciendo mucha música nueva. Creo que los dos compartimos que ahí hubo un antes y un después, que el grupo de después de la pandemia y el de antes no tiene mucho que ver.
Viktor: Sí, como que podríamos haber cambiado casi el nombre. No, pero sí. Cuando escuchamos las cosas antiguas nos parecen ultra-demos. Otro estilo, otro grupo.
Silvia: Y bueno, también influye que llevamos desde 2021 tocando mucho en directo. Desde el 2021 hasta ahora también hemos evolucionado bastante, pero no tanto, creo, como el cambio muy drástico de la pandemia.
Viktor: Ahí fue cuando añadimos la placa esta de metal con distorsión. Dijimos “vamos a tocar más percusión, vamos a hacerlo todo más dinámico y más currado”.
Silvia: Y más intenso. Al principio, cuando empezamos, no teníamos muy claro qué queríamos hacer en el directo. Era como “bueno, tenemos estas canciones, las tocamos, y ya”. Pero con el tiempo quisimos que sea un poco darle esta cosa de trance, de coger a la gente y llevarla hacia arriba.
Viktor: Otro punto clave fue cuando hicimos una gira en formato trío con un batería [Jesse Webb, de Gnod] en octubre de 2019, también poco antes de la pandemia. Ahí ya hubo un poco el rollo de “hostia, se puede llegar a más”. Cuando yo tocaba el sinte si había un batería me engorilaba más, y es como que de golpe notas esa intensidad y dices hostia, esto mola más.
Silvia: Después, la gira siguiente a solas, por Europa, fue de los momentos más bajos de todo, sentimos una bajada de nivel. Pensamos: tenemos que llegar a lo mismo que hemos conseguido siendo tres. En realidad fue un proceso.
Viktor: Sí, y dos o tres meses después de eso fue el bolo de Wackelkontakt, y justo ya la pandemia. Y fue como, vale, tenemos que hacer más, pero ya, YA. Pero en realidad ya llevábamos unos meses en este proceso.
En la nota de prensa decís que este último disco, “Toda la verdad sobre Dame Area”, cierra una especie de arco argumental iniciado por “Toda la mentira sobre Dame Area”. ¿En qué consiste ese arco argumental?
Viktor: Los primeros discos son muy eclécticos, son como un poco poner lo que nos iba saliendo. Pero eventualmente empezamos a decir: molaría más hacerlos temáticos. Sacamos “Ondas Tribales”, que reúne un poco lo tribal. Entonces dijimos: y si hacemos uno que sea todo lo más… melódico, más sintes y tal y después sacaremos otro que tenga lo más industrial, ruidoso, gritado, todo eso. Y el primero es “Toda la mentira sobre Dame Area”, que tiene también algunas cosas experimentales y de ruido, pero está mas enfocado en las melodías, pero con la idea de innovar desde lo clásico… de ahí “La Nueva Era” que empieza como synthpop pero acaba siendo noise y es casi ¿orquestal? Lo que pasa es que no se nos había ocurrido que cuando sacásemos “Toda la mentira” tocaríamos mucho y que la gente en los directos diría “hostia, yo me esperaba este disco que acabáis de sacar y joder, esto es muchísimo más cañero”.
Silvia: De “Toda la mentira” solo tocamos tres temas en directo, tocamos muchos más del que va a salir ahora, “Toda la verdad”. De hecho hemos llegado a tocar el disco entero en un solo directo. Quizá en eso la idea no ha salido bien 100%. Pero bueno, sí hemos tenido el concepto. Al principio, hace tres o cuatro años, dijimos: el próximo será “Toda la mentira”, y haremos como un gemelo, toda la mentira y toda la verdad, y que sean como dos facetas diferentes tipo Ying Yang. Lo que iba a ser “Toda la verdad” cuando lo pensamos hace cuatro años tampoco lo teníamos tan claro, ha resultado ser como lo que somos en directo ahora mismo.
Viktor: El título ha acabado siendo la realidad. “Toda la verdad” es lo que somos en directo.
Silvia: Pero cuando salió “Toda la mentira” ya teníamos canciones que han acabado en “Toda la verdad”, solo que no las grabamos. Lo pensamos todo esto durante la pandemia. Pensamos ya cómo serían las portadas y todo. Después, bueno, ha ido evolucionando.
Viktor: Hemos tenido a mucha gente diciendo “hostia, el disco está guay, pero joder, el directo mucho mejor, ¿y dónde está este tema? ¿Y este? ¿Y este?”. Hemos estado dos años explicando que van a salir en el siguiente.
Sois un grupo con un fuertísimo componente doityourself, ¿qué os ha movido a poneros por primera vez en manos de un estudio de grabación?
Silvia: Ha sido una experiencia muy guay. Creo que queríamos hacerlo lo mejor posible. De los dos Víctor es la persona más técnica, aunque la producción la hacemos los dos. Pero bueno, tenemos unos límites, y con ese disco queríamos hacerlo lo más real posible. También hemos trabajado con Willi [Guillermo Rojo, de Somos La Herencia], que eso ha sido un muy buen acierto. Nos ha gustado mucho y nos ha ayudado mucho en todo el proceso, y también estando en el estudio. Nunca habíamos ido a grabar a un estudio como Dame Area y tampoco teníamos muy claro qué hacer y cómo funcionar ahí. Es muy bueno tener una persona que te apoya, que tiene todo claro, que te hace un orden: “…tenemos que hacer esto, esto es importante…”.
Viktor: Ir a un estudio también ha cambiado el proceso. Antes de grabar tienes que tocar los temas en directo porque, bueno, tienes que ir seguro si vas a pagar una pasta. Anteriormente estábamos acomodados en esta cosa de “ya está grabado, qué bien”, y entonces lo empiezas a tocar y en el directo evoluciona, mejora. En cambio ahora lo hemos tenido que hacer al revés. Éramos conscientes de ello: vamos a tocarlo mucho en directo, que evolucione naturalmente y entonces lo grabamos.
Silvia: Igual también gastarte dinero en un estudio también te hace ser más perfeccionista, te vas subiendo un poco el baremo. Antes grabando en casa tienes más esa cosa de “hemos capturado el momento mágico de la primera toma”, y muchas veces se quedaba ahí. Y ahora para nada. Con este disco creo que nos hemos exprimido bastante.
Viktor: Éramos muy conformistas.
Supongo que ir al estudio también hace que tus exigencias sean más altas, porque cuando te vayas por esa puerta tiene que haber quedado bien. En casa o en el local te da igual porque lo puedes grabar otra vez la semana que viene.
Viktor: Sí. También creo que esto de tocarlo en directo y darse cuenta de la reacción del público, de su feedback, aporta mucho. Como “esta intro ha sido muy larga”, o “cómo mola tal cosa que igual no estábamos seguros de ella”, o “esta parte es muy corta, por qué no hacemos más”. Después pruebas y quizás dices no, pues ya estaba bien. No sé, no creo que vayamos a volver ya nunca para atrás.
Silvia: No, son cosas que hemos aprendido. También tener unas personas técnicas que saben lo que hacen se nota mucho. La diferencia es que tú no tenías ni puta idea, y para ellos es lo normal. Nos han hecho sonar mucho mejor. Y también la gente del estudio. Es todo un privilegio poder ir a un sitio así.
Viktor: Creo que este disco es el primer disco nuestro que lo escucho y me siento satisfecho con el resultado. Y esto no lo digo de cada disco. Es el primer disco que tengo esta sensación y que puedo escuchar. Normalmente no puedo escuchar ningún disco previo.
Vuestros directos conectan con personas de todos los nichos posibles, gente muy diversa, y acercan influencias musicales recónditas a públicos inesperados. Gente que probablemente nunca habría llegado a esas referencias por otra vía lo disfruta al máximo. Hecha toda esta reflexión: ¿alguna vez habéis tenido miedo a que la parte festiva de vuestros directos se coma vuestra propuesta artística?
Silvia: Una buena pregunta.
Viktor: Yo cuando alguna vez nos etiquetan como música de baile tengo un problema con eso. Primero que música de baile es una etiqueta que no describe nada. Puedes bailar prácticamente todo, puedes bailar música abstracta si la quieres bailar, el doom metal lo puedes bailar. Todo se puede bailar. Es decir que no tengo un problema con el baile, pero sí que tengo un problema con si la gente piensa que Dame Area es “sólo” música de baile. Me resulta raro porque es como bueno, sí, obviamente se puede bailar, pero no lo veo como una cosa puramente recreativa, no es solo eso. Lo veo como algo más, que tiene más capas.
Silvia: A mí personalmente cuando más me gusta tocar es en horario de concierto, entre las 9 y las 11 para entendernos. No siempre es el caso, pero en general más tarde la energía de la gente se transforma, la gente quiere estar más borracha, más drogada, más baile, está menos atenta, y tú te puedes permitir menos hacer un concierto y tienes más la presión de mantener el ritmo; puedes hacer menos bajadas, porque la gente no te sigue. Y a mí, personalmente, tocar en ese tipo de contexto me gusta menos. Tampoco creo que se coma a lo otro, pero quizás porque seguimos tocando mucho en otros horarios también. De hecho ahora en la presentación del disco son todos conciertos de sala, que es el horario que nos gusta más. A mí a veces me da bajón, pero también a veces también hemos tocado de madrugada y ha sido muy guay, en el Tresor o en Berghain, que tocamos “tarde”, en plan a las 1 o las 2, han sido mis conciertos favoritos del año. O sea que no lo puedes saber.
Sí, sin duda la parte física es una virtud de vuestra música. Que sea capaz de provocar eso en la gente solo puede ser entendido como un mérito. Mi pregunta era más si alguna vez habéis temido que esa parte desmerezca otros componentes. Es decir: vuestra música tiene una complejidad instrumental, una serie de propuestas, de cambios, conceptos muy pensados, las letras…
Viktor: Eso nos lo encontramos después del concierto. Yo que sé, por ejemplo me empiezan a hablar de techno de Detroit, y claro, doy las gracias, pero para mí pienso “pues no”. Que está muy bien, pero para nosotros no es una referencia. Creo que ninguna música de baile puro en particular es una referencia para nosotros.
Silvia: Bueno, el EBM. No sé si lo consideras música de baile.
Viktor: Yo no lo veo como música de baile. Cuando tiene un mensaje y un poco más de profundidad, empiezo a decir bueno, no es de baile, porque para mí de baile quiero decir que solo es de baile y no hay nada más ahi.
Bueno, está el Northern Soul, que también es música para bailar y al final tiene unas connotaciones sociales y políticas no explícitas, a pesar de ser muchas veces temas instrumentales y que al final la peña lo que quiere es estar toda la noche sin dormir, bailando.
Viktor: No tiene por qué estar mal, pero no nos sentimos muy identificados con eso. La cosa es que nos gusta que el trance del baile te pueda llevar más allá, que la música te pueda hacer pensar o emocionarte. Hay una gran variedad de emociones que van mas allá de lo físico y lo recreativo.
Silvia: Creo que buscamos… No sé, cada uno puede vivir nuestros conciertos como quiera, pero la parte física para mí tiene una relevancia, esa parte de conseguir que la gente se deje llevar, e ir un poco más allá gracias a la fisicidad de dejarse ir. Para mí es es importante.
Y es muy meritorio porque no todo el mundo consigue llevar a la gente a esa experiencia física. Es necesario un directo muy potente para que todas esas audiencias tan diversas conecten a ese nivel.
Viktor: Sí, esa es otra. A nivel de diversidad de audiencias es normal que mucha gente no lo pille de la misma manera que lo entendemos nosotros, porque es que es tan amplia… Realmente es bastante extremo lo amplia que es, viene gente que podrían ser nuestras madres o yo que sé, blackmetaleros, y la gente diciendo “guau, me flipa”. No sé, es inusual.
Dame Area despegó prácticamente a la vez que Magia roja como espacio físico dejó de existir. No obstante, seguís manteniendo Magia Roja como sello y como promotora, aunque con una actividad reducida. ¿Qué ha heredado Dame Area de Màgia Roja?
Silvia: Todo. Bueno, quizás los últimos años menos porque ya nos hemos despegado un poco, como has dicho, en algún momento empezamos a coger referencias de los grupos que vemos cuando tocamos por ahí. Pero bueno, siempre decimos que sin Màgia Roja Dame Area no existiría. El grupo ha nacido ahí, de compartir, de ver grupos en directo. Ahí ha nacido mi inquietud de quiero hacer algo, y vamos a hacer algo juntos, y compartiendo música cada fin de semana coges sin hablar las mismas referencias, y después cuando te pones a tocar salen cosas que habíamos estado escuchando o viendo. Y el hecho de tener ese local nos permitía ensayar ahí, hacer los primeros conciertos ahí, compartir con grupos que habían venido a tocar…
Viktor: Creo que todos los discos hasta “Esto me pertenece” están grabados 100% allí. “Esto me pertenece” y “Toda la mentira” estan grabados mayoritariamente en Màgia Roja, pero algun tema suelto y overdubs y tal se grabaron ya en nuestro nuevo estudio.
Silvia: Y la escena que había en Barcelona en esos años, los otros grupos con los que tocábamos que invitábamos y que eran nuestros amigos, que de hecho siguen siendo nuestros amigos, te inspiran. Después cuando te pones a tocar sale algo que está inspirado en ello. Pero ahora creo que sí se ha abierto un poco, ahora tenemos, creo yo, otras influencias, grupos con que compartimos escenario en las giras.
Viktor: Yo creo que también nos hemos influenciado a nosotros mismos. Una vez vas conociendo cuál es tu identidad hay cosas que surgen de ti mismo. Màgia Roja, claro, fue clave, pero ahora ya no, y a ver, continuamos sacando cosas y nos gusta mucho el sello, lo que pasa es que cada vez tenemos menos tiempo. Sobre todo para montar conciertos, para sacar discos aún lo hacemos. De hecho, el año pasado creo que con el sello hicimos de las mejores cosechas de su historia, con Bound By Endogamy, Fotocopia y España.
¿Y echáis de menos Màgia Roja como espacio? Hace tan solo dos o tres años recuerdo que decíais que estabais buscando local. ¿Habéis abandonado completamente la idea de volver a tener un espacio abierto al público?
Silvia: Ahora mismo sí está abandonado, porque no tenemos tiempo. Pero yo no lo dejo cerrado de cara al futuro. Y sí, lo echo de menos. Sí, claro, la comunidad. Te ves ahí cada fin de semana, es un sitio de encuentro y de compartir. Y es muy guay lo que estamos viviendo ahora mismo, pero claro, somos dos, y antes pues lo compartías con muchas más gente. Y eso es muy bonito.
Viktor: Creo que Màgia Roja en cierto nivel es quizá de lo más excepcional que hayamos hecho en nuestras vidas. Y me da la sensación de que será irrepetible. Podríamos hacer otra cosa, pero creo que esa experiencia fue tan delirante y tan imposible…
Silvia: Éramos inocentes. Probablemente después de vivirlo una vez has perdido esa inocencia y esa locura. No sería parecido porque cuando lo piensas es: “cómo pudimos hacer eso”. Ahora no me veo asumiendo tanto riesgo.
Viktor: A tantos niveles..fue tan loco.
Viktor: Y bueno, no fue solo por nosotros dos, sino todo el grupo de gente que lo creó. Toda la gente en Barcelona que vino y todo. Es como que se juntó ahí toda una serie de circunstancias que lo hicieron muy especial y me parece muy difícil repetir lo mismo. Y joder, sí que lo echamos a faltar, pero a la vez no es realista, no hay tiempo ni para nosotros ni para el resto del equipo que había. Pero bueno, si alguna vez se pudiera hacer otra cosa no estaría mal.
Silvia: Ahora no es el momento.
Viktor: Claro. La pena de un local es que un local no va de gira. Sólo la gente que está en Barcelona lo puede disfrutar.
Silvia: Pero recibes. A mí me gusta mucho. Casi cada fin de semana había grupos de fuera, y estaban en tu casa, y había un intercambio. A mí me ha gustado mucho eso también, como de acoger.
Sí, y al final lo que pasa en una ciudad se expande al resto de la península, aunque sea a su ritmo. Quiero decir: la onda expansiva de lo que estaba pasando en Màgia Roja llegó hasta Galicia, la otra punta.
Viktor: Incluso por Europa, nos han dicho “he leído sobre ello…”, “tenía que ser increible..” y tal. Con un grupo vas de gira, te presentas, y la gente que te vea ya te pilla. Pero un local como tiene unas raíces que… o estuviste ahí o no.
Pero un local genera comunidad y genera territorio. Y yéndote de gira no generas directamente ninguna de las dos cosas.
Viktor: Sí, es verdad.
Silvia: Pero contribuyes a la comunidad de allí.
Es cierto.
Viktor: La comunidad que se generó en Màgia Roja aún la vivimos.
Silvia: Y las amistades. Nuestros mejores amigos son gracias ahí, y nos han ayudado en momentos difíciles. Transciende. Es muy bonito.
Voy a hacer la última pregunta, vamos tardísmo, me salto dos. Las letras de Silvia parecen condensar mensajes universales, y creo que eso las hace conectar especialmente con el público. ¿Cuáles son tus inspiraciones para escribir letras?
Silvia: Pues creo que he ido probando diferentes maneras. Ahora me siento en un momento un poco de crisis, de bloqueo creativo. En este último disco hemos colaborado en algunas letras y creo que así son mejores, haciéndolas juntos.
Viktor: Bueno, depende. Alguna la has hecho tú sola.
Silvia: Cuando empecé lo hacía totalmente con improvisación. Cuando hacíamos una canción y me la ponía e iba haciendo tomas totalmente improvisadas. Intentaba visualizar imágenes y describir las imágenes que me inspiraba la música. Y creo que ahora he subido el baremo también, quieres hacer cosas que sean más trascendentes, que tengan más mensaje, que sean más fuertes. A lo mejor al principio pues era más digo tres frases que suenan bien y ya. Ahora me las quiero currar más y ya no uso tanto la improvisación. Me pongo a escribir, escribo otra vez, hago varios borradores, los comparto con Viktor, nos intercambiamos ideas. A veces nos inspiran también como letras de otros grupos, o canciones que nos gustan. Pero ahora estoy un poco en bloqueo creativo.
Diría que eso pasa cíclicamente.
Silvia: Sí, Sí. Y eso para mí es la parte más dura. Totalmente. Te sientes una mierda y te deprimes y te parece que no vas a ser capaz nunca más. Es difícil. Y a veces después te sale y estás ahí súper engorilado. Y así todo el rato.
Viktor: Nunca he hecho una letra entera para Dame Area, creo. En “Toda la mentira” creo que colaboré en tres o cuatro y en este también, la mitad más o menos.
Silvia: A mí me gusta como experiencia. Igualmente es complicado, porque estás aportando ideas que a lo mejor son muy íntimas. Si al otro no le gusta algo quizá es aún más duro que respecto a la parte instrumental. Pero claro creo que juntándonos llegas a cosas que no habrías podido llegar sola.
Viktor: También creo que ser pareja lo posibilita un poco, hace falta un nivel de confianza y de intimidad muy grande.
Silvia: He probado diferentes tácticas también, como abrir páginas de libros al azar, hacer cut-ups y tal. Tenemos una canción nueva de hace una semana o dos y la letra ha salido de un libro de Burroughs.
Viktor: Hay un tema que la letra la pillaste de la Biblia, la estabas cantando en latín.
Silvia: Sí, “Devoción”, está en el disco. “Aquí estoy, este es mi cuerpo”. En realidad era una imagen, “Ad hoc enim Corpus meum”, en latín. Era Jesús sacrificando su cuerpo. Viene de eso, pero al cantarla yo, cambiando el contexto, cambia el significado.