Entrevista a Sal del Coche
0 min
Tiempo estimado de lectura
Por Tutti DuPlenty

Una conversación con Sal del Coche que tuvo lugar en el local de Humo el 4 de enero de 2025.

“Ciudad de Polvo” está disponible para escucha en todas las plataformas, y para compra en una edición física en vinilo de 12″.

Hay muchas cosas que la gente no sabe, y la gente necesita saber. Así que vamos a repasar todo desde cero para que la peña tenga los básicos de Sal del Coche claros. Lo primero: ¿cómo nace Sal del Coche?

Alberto: Jangitz y yo, que tocábamos juntos en Vulk, llevábamos años quedando para tocar solos por nuestro lado. Quedábamos para tocar a solas, un poco recreándonos en un mundo entre los dos, pero nunca habíamos terminado un tema. Lizardi se había incorporado a Vulk en la última época y empezó a venir con nosotros también. Entonces Néstor, un colega que tiene un proyecto en solitario con el nombre de Forma Norte, nos propuso acompañarle como banda. Aceptamos y nos encerramos durante un mes. Y empezaron a salir cosas súper guapas, cortas, que no eran canciones de rock, y que si fuesen cosa nuestra igual nunca hubiesen salido del local. Forma Norte nos dio un poco el empuje que nos faltaba para decir “podemos hacer un proyecto entre los tres”, en plan acabar unos temas los tres juntos. Al principio eran ideas de batería e ideas de bajo sueltas, pero a raíz de esos ensayos empezamos a pensar “¿y si a esta idea le añadimos un arreglo melódico, una voz, hacemos una letra?”, “¿Y si aquí no tocas la batería y tocas la flauta?”. Lizardi se incorporó un poco más tarde porque estaba acabando los estudios de Musikene [Escuela Superior de Música].

Lizardi: Sí, de hecho para mí ahí hubo un poco de confusión. Como no hubo ningún anuncio de “Vulk se ha terminado” ni nada por el estilo yo quedaba con estos y pensaba “bueno, esto será para Vulk”. Hasta que un día ya pregunté oye, ¿estos cuándo vienen? Y fue como: “¿estos quién?”. Jajajaja.

Jangitz: Yo le había dicho a Lizardi que era una cosa nueva, pero también yo explicándome… Seguro que le dije tipo “¡vamos a quedar, vamos a ensayar tú y yo!”, pero seguro que no dije: “oye vamos a empezar un proyecto nuevo”. Alberto y yo teníamos en un cajón guardados un montón de conceptos, ideas y como… imágenes. Y tras lo de Forma Norte al pillar la soltura y la confianza en nosotros mismos como para hacer algo nosotros solos, de repente abrimos ese cajón y dijimos: ¿te acuerdas de esto? ¡Pues toma esta foto, toma este vídeo, toma esto otro!

Alberto: No sé si te acordarás, Jangitz, pero fue en un concierto en el Daba que todo pedo me cogiste de la solapa y me dijiste “¡¡HAY QUE HACER SAL DEL COCHE!!”, y yo “¿¿QUÉ??”. Y me dijiste “¡¡SACA EL MÓVIL!!” y miraste unas letras mías y dijiste “¡ESTO HAY QUE HACERLO! ¡¡SAL DEL COCHE!!”.

Intensísimo. ¿El nombre ya lo teníais?

Alberto: Se lo puso ese día, como “esto tiene sentido”.

Jangitz: No no, pero el nombre es mierda ancestral. A mí me cuesta mogollón entrar y salir en los coches. Primero, físicamente me parece súper complicado, también porque soy patilargo y tal. Pero luego aparte es que me cuesta moralmente: llegas de un viaje largo y es más jodido el minuto de salir del coche, pillar la mochila y entrar a tu casa que todo lo demás.

Alberto: Eso lo hemos hablado muchas veces, que tanto él como yo a veces cuando terminamos una jornada de trabajo dura necesitamos 20 mins extra en el coche antes de salir, nos quedamos ahí escuchando la radio y volviendo poco a poco.

Jangitz: Sí sí, a Leire, mi compañera de curro, le pasa lo mismo. Es que cuando llegábamos de una gira por ahí Alberto me solía decir justo cuando paraba el coche, en plan de coña: ¡¡sal del coche!! Y yo era como déjame en paz con esa mierda. Como que se convirtió en una muletilla. Me parecía súper guapa la frase.

Alberto: Te pasa mucho. Alguien dice “no te saques los mocos aquí” y tú como “¡¡qué buena frase!!”. Yo le decía “¡sal del coche!”, en plan “¡vamos, pírate!”, y él era como “¡¡qué gracioso, tío!!”. De ahí viene el nombre, básicamente.

En la nota de prensa de presentación del disco dice que al arrancar este proyecto os propusisteis hacer cosas que no hubieseis hecho nunca antes, como por ejemplo: cantar. ¿Habéis conseguido todo lo que os propusisteis?

Alberto: Es un poco lo que hablábamos antes: al principio lo que queríamos era simplemente acabar estas canciones, cantar, escribir letras. Eso lo hemos conseguido al 100%. Lo de cantar se puede abrir mucho más mapa, claro. En general creo que lo que hemos hecho es un poco una apertura. La idea es que lo que hemos hecho no nos marque del todo, que sigamos siendo un poco libres, buscando y explorando movidas. También hay que decir que teníamos muy claro que queríamos tener un código abierto en cuanto a colaborar con gente, hacer música no desde un número fijo de gente, y ahí sí que nos hemos quedado un poco en el camino. Es muy romántico decirlo, pero está claro que somos los tres.

Jangitz: Sí, bueno, pero también los primeros ensayos íbamos al local pensando “este tema vamos a hacerlo con tal persona, y este otro con cual”, y eso también está ahí, eso está en nuestro adn y no va a dejar de estarlo. Otra cosa es que luego tienes que tocar en directo y al final eso te pone los pies en el suelo. Pero eso por ejemplo no nos da palo. Cuando no pueden venir la Brava o Julene ese tema lo cantamos nosotros y palante. El tema no es lo mismo, es otra cosa, y está bien que sea así. Queremos que la música que hacemos… se pueda ir a otro lado, que este tema que antes era el single de repente ahora ya no tiene batería y es una balada. Que la cosa vaya mutando, que haya ese aire para que se mueva.

Esa era precisamente otra pregunta: si seguís siendo como os declarabais en un inicio un formato fluido, que un día sois tres y otro día podríais ser siete.

Jangitz: No es tan libre, pero… pero entre nosotros sí que lo es. Yo que sé, el tema este del arpegiador, un Grime Footwork en el que estamos trabajando Lizardi y yo, Alberto todavía no sabe nada de esa canción, ¿sabes? Casi es como que nos vamos delegando entre nosotros. Y como abiertos a diferentes maneras de currar. Hay temas que salen en el local tocando todo el rato, todos, todo, pero luego hay cosas que cada uno se lo hace en su casa porque le apetece, porque me quiero llevar esta canción por aquí. La idea es como romper un poco el formato de banda, de los tres enclaustrados, como fijados a eso, sino que sea un poco libre. Si alguien se hace unas flautas y las ha grabado y tiene la idea de hacer un tema con eso, pues que sea así.

Parece que muchos de los rumbos de Sal del Coche parten de seguir como brújula la dirección contraria a toda rigidez.

Jangitz: Creo que la rigidez puede llevar a sitios súper guapos. A mí por ejemplo me ha ayudado a ser muy sólido en mi propio instrumento. El problema era que muchas veces no veía el progreso detrás de eso, como si no me llevase a ninguna parte. Y creo que la música tiene que ser otras cosas además de eso.

Alberto: El tema Hernani 3 por ejemplo es una idea súper básica, pero para nosotros es fundamental en el disco. Hacer un tema sin batería es una idea súper, súper básica, pero era como “vamos a meter el pie en este charco”. Es mi tema favorito. Es un poco explorar, que no sea todo como “venga: ¡1-2-3-4!” y empiezan todos a tocar. Mola decir tipo “ese piano mola, quédate dos minutos en eso y ya está”.

La manera de presentar a Sal del Coche al mundo fue bastante loca: grabasteis vuestro primer concierto, literal, y lo subisteis a Bandcamp. Al margen de que eso solo está al alcance de peña con mucha técnica, ¿cual era la idea detrás de esa maniobra? Y ya de paso: ¿de dónde sacáis las ideas en general?

Jangitz: Yo creo que para eso no tengo respuesta clara. Teníamos bien ganas de sacar algo, y cero pasta. Y de repente nos vimos con un audio que estaba de puta madre.

Alberto: En el Daba tienes oportunidad de grabar todo guay. Nos pareció una oportunidad de exprimir al máximo la experiencia del primer bolo.

Lizardi: No lo pensamos, la verdad, no estaba planificado. Antes de tocar no sabíamos tampoco que nos iban a grabar.

Alberto: Muchas cosas han venido a nosotros. El segundo bolo de repente era con Lorenzo Senni. O sea hay cosas que ya estaban… no voy a decir que escritas, pero teníamos el concepto tan claro que se dio solo.

Jangitz: Yo no lo había pensado nunca como lo has dicho, como un salto, como un atrevimiento. Para nosotros fue como joder, qué oportunidad para subir algo, porque ya te digo, no teníamos medios y era como que nos lo daban. Solo teníamos que juntarnos, pensar un poco, que hicieras tú un diseño. Y fue también que fuese un sitio cómodo donde tocar, donde dar tu primer bolo, donde estás a gusto y tal. Entonces fue como… no tiene porqué salir mal.

Lo preguntaba porque muchas bandas se quedan un poco paralizadas antes de sacar su primer disco. Hay muchas ideas preconcebidas por ahí acerca de cómo hay que hacer las cosas.

Alberto: Ya, es que esos procesos son complicados. A nosotros esos procesos nos han lastrado un poco a veces porque nos mola componer mogollón, nos mola sacar ideas, pero toda esa rigidez que tiene una banda a la hora de sacar los proyectos adelante, no sé, queríamos también romperla un poco. Yo necesitaba movida mixtape, tío. En plan: ¿que hace mi colega un tema? Se sube aquí al día siguiente. Necesitaba eso. Tío, no puedo estar esperando dos años para sacar un disco cuando ya ese disco ni siquiera describe mi situación actual. Gracias a ese vídeo [el directo en el Dabadaba] hemos conseguido todo lo que tenemos hasta ahora. En seguida nos llevaron a Valencia, nos habéis llamado vosotros…

Una cosa que destaca cuando se mira a Sal del Coche desde fuera son las conexiones con gente de otras artes: moda, ilustración, DJs, vídeo. También es llamativo que hay muchas voces en el disco, como los aplausos o las risas de Máquina de Humo, un locutor de radio al principio del disco, audios de whatsapp… Transmite la existencia de un colectivo. ¿Sentís que Sal del Coche forma parte de una comunidad?

Alberto: Yo creo que sí. Llevamos muchos años en el mundo de la música, las influencias de nuestro entorno están claras e interiorizadas. Creo que estamos contextualizados. No sé cómo decirlo.

Lo menciono porque me parece una característica muy particular de Sal del Coche esa integración en su contexto, en su propio entorno.

Alberto: Creo que se puede resumir en que nos mola todo. Nos molan los dibujos que hace una colega, nos molan los vídeos que hace otro colega, y no queremos, por ser “los de la música”, estar fuera de eso. Y creo que lo hemos hecho intencionalmente. En la dirección inversa también, la gente lo ha acogido como “esto puede ser la banda sonora de otras cosas”. Lo de contextualizarlo me parece clave, es algo de lo que no me había dado cuenta. En realidad es un ejercicio todo el rato inconsciente, uno vive, y al final todo lo que hace viene de lo que pasa alrededor. Pero entiendo a lo que te refieres, igual escuchas un disco que ha hecho un chaval en una habitación en Gernika y hace unas cosas como que te evocan al desierto de Atacama. No estamos en eso. Nosotros estamos en donde estamos. Lo buscamos, poner ese pie en la tierra, ser fruto del contexto en el que estamos. Es algo que si lo pienso siempre ha estado ahí. Podría haber hecho esto hace 10 años, pero el momento ha sido ahora. No sé cómo decirlo. Como que ahora tiene… tiene más sentido que nunca hacer algo así. ¿Tú qué piensas?

Lizardi: Estoy de acuerdo con vosotros en que es clave estar contextualizado. Pero también cuando estábamos componiendo el disco nos hacía gracia que fuera algo un poco más, no sé, peliculero, ¿sabes? Como de dibujos animados. Creo que los tres tenemos esa cosa en común, fantaseamos, nos hacen gracia ese tipo de cosas. Igual escuchamos un disco cada uno por su lado y luego cuando lo comentamos, comentamos los mismos detalles, y nunca son el riff nosequé o la melodía nosequé.

Jangitz: Todo esto que decís es verdad, pero también por detrás hay un impulso estético. No sé, no hace falta hacer el ‘Clandestino’ de Manu Chao, pero sí que quiero que haya movida de radio entre los temas, que me flipa. Sí que tiene un impulso estético. 

Alberto: A mí me mola que me la cuenten entre tema y tema. Obviamente no nos queremos parecer a Manu Chao ni a Wu-Tang Clan, pero nos mola esa idea y es como ¿por qué no nos vamos a influenciar desde esta parte también? No solo son melodías o solo ritmos o solo sonidos. Son más cosas.

Creo que para hacer una cosa así tienes que tener amigos, tienes que llevarte guay con ellos, y tienes que pasártelo bien con ellos. Si no, no funciona. Porque tú puedes querer hacer toda esa movida de Manu Chao y de Wu-Tang Clan y todo eso, que como no tengas amigos no va a suceder.

Jangitz: ¡Joder, qué trágica! Jajajajaja.

Alberto: Pero es cero provocado. Por ejemplo lo de radio del principio es Jepo yendo a una entrevista a Zarautz, y resulta que a los tíos les flipa y…

Jepo: [Hablando desde el fondo y con una bolsa de patatas fritas en la mano] De hecho lo de la radio decidimos meterlo el día antes de subirlo a Spotify, literal, con los masters ya hechos y todo. Y lo de los aplausos también se metió en el último minuto.

Jangitz: Sí sí sí sí sí.

Hablando con vosotros muy a menudo salen los nombres de Jepo, Urtzi y Niko [Bortolini]. A veces podría dar la sensación de que son casi un miembro más de la banda. ¿Qué relación tenéis con vuestros técnicos de sonido, qué papel desempeñan en Sal del Coche?

Alberto: ¡Que responda Jepo!

Jepo: No no, no jodas.

Jangitz: Mira, yo voy a contestar la parte de Urtzi, que no está aquí. Con Urtzi llevamos un millón de años, al final se ha acabado convirtiendo en una movida fraternal. Ahora muchas veces viene Jepo, pero Urtzi siempre está ahí de alguna manera. Urtzi tiene un estudio donde trabaja como técnico, pero también como ingeniero de sonido. En tantos años que llevamos juntos yo he ganado muchas batallas ahí. Al final Urtzi también se empapa de la movida de bandas, referencias. Si yo necesito grabar algo lo voy a hacer donde Urtzi. Entonces sí que es como una parte más del grupo, en el sentido de que puede ser como una pieza clave desde aquí hasta el final.

Alberto: Y luego una cosa que creo que tenemos en nuestra cabeza, sin haberlo hablado directamente -bueno, en realidad sí que hemos hablado bastante de eso-, es que no hemos buscado tampoco hacer el disco en el sitio perfecto, sino que hemos querido encontrar la gente, el entorno adecuado para poder sacar todas estas ideas adelante. Encontrar un sitio en el que tú le puedas decir a Jepo el último día “¿podemos meter este audio?”. Si le tienes que explicar esto a un técnico de Nueva York no lo va a entender.

Jepo: Yo he mezclado un montón de techno, pero nunca había mezclado grupos. Han confiado en mí creo que por el proceso, porque hacerlo con alguien conocido era más sencillo.

Alberto: Sí, por el workflow. Para mí era bajar de casa, ir a su casa a un minuto, y decir venga, abre este tema. También poder meterle mano a las cosas, hablar de ello, probar cosas, audios, poner, quitar… Tener un poco esa libertad. Urtzi nunca habíamos grabado con él, bueno, Jangitz sí.

Jangitz: Y he tocado con él también, tengo mucha relación con él.

Alberto: Tampoco es que Urtzi nos haya dado el mismo tiempo que le ha dado otras bandas. Precisamente porque íbamos a probar cosas, a explorar. Y luego también aunque el estudio es de Urtzi la mitad del disco nos lo ha grabado Niko, que tampoco tiene muchísima experiencia pero que es colega y está súper entusiasmado, igual que nosotros. Entonces es como me da igual que lo haga un poco peor con tal de que la idea quede registrada, punto. No hemos buscado la excelencia en ese sentido, a la vez que así puedes ir creciendo con tus colegas, que eso está muy guay. Por ejemplo fijo que Jepo mezcla mucho mejor que hace un año y está contento con eso.

Jepo: Sí, claro. También hay que decir que no buscan la excelencia pero no se han conformado con cualquier cosa. Eso ha molado. No es como “bueno da igual porque es nuestro colega”, tenían una idea muy clara de lo que querían todo el tiempo, y eso mola mucho para trabajar.

Alberto: Sí sí, te hemos apretado.

Jangitz: Yo me he vuelto loco hasta el último día, en plan qué pasa con ese céntimo de volumen ahí.

Alberto: La verdad es que los tres son profesionales. Lo que tú dices, no es solo conformismo de amigos, sino que son competentes. 

Jepo: Desde que yo me incorporé al proceso de mezcla siempre ha sido todo como con bastante respeto. No era sencillo, fuimos entrando poco a poco hasta que empezó a funcionar.

De hecho tampoco diría que fue lenta la mezcla. Pasó tiempo desde que acabó la grabación hasta que se envió a masterizar, pero la mezcla en sí misma qué fue, ¿un mes? ¿mes y pico?

Alberto: Sí, desde que entró Jepo fue bastante bastante ágil todo.

Vale, sigamos avanzando. Otra cosa que quiero preguntar: lo que yo llamo “la barriga blandita del disco”, que quién sabe qué cojones quiero decir con eso —

Alberto: Está súper claro.

Jangitz: Súper. Toda la puta razón.

¿Sí? Me alegro. Vale, estos tres temas a los que yo llamo “barriga blandita”, que son Herriko Plaza, Hernani 3 y En el edificio más alto, para mucha gente son un bajón. En plan cuando salió el disco alguna peña se quejó de que quería más hits. ¿Por qué no hay más hits?

Jangitz: Yo me temía que iba a pasar eso. Un pavo puso “vaya sacacuartos el disco de Sal del Coche”, jajajajaja.

Alberto: Yo creo que hemos hecho un poco del defecto virtud con eso. Porque alguien puede escuchar Hernani 3 y decir “está es mi tecla”. Creo que tocamos muchos palos. Lo hablaba mucho con Jepo, mientras mezclábamos el disco, en plan a la peña a la que no le guste este tema este otro le va a encantar. Y eso me parece súper guapo.

Jangitz: Yo sí que es verdad que cuando iba a salir el disco dije buf, la peña se piensa que va a ser todo “Año 2000”. Y luego mucha gente fue como que no, que no, que esto es como un landscape.

Alberto: Es que de otro modo sería una chapa.

Lizardi: Creo que es lo que nos gusta el disco, esa faceta poliédrica. Como de diferentes facetas del grupo, de manera de tocarlo, de usar diferentes instrumentos, desde aquí, desde acá… Es mucho más entretenido hacer música así que solo dar a la misma tecla todo el rato. O sea para mí es no tanto cómo se percibe desde fuera, sino desde dentro: cómo lo hago, cómo lo hacemos.

Jangitz: Yo sí que le metería un par de punchlines más. Pero no al disco, sino… No sé, como que se ha ido moldeando lo que era el grupo desde el principio para mí y cuando sacamos temas potentes dije guau, uno más de estos me habría entrado de puta madre.

Alberto: Ahora estamos con idea de hacer uno súper lento, otro súper punch, otro… Tenemos uno nuevo que es muy single con estribillaco, pero no es que ahora vayamos a eso, es que ESE es el tema con estribillaco. Hay otro que luego es más electrónico, otro que es un poco más balada… O sea, es profundizar en cada tema. Es como: este tema es suave, pues todo va a ser suave.

A mí, aunque no estoy yo aquí para opinar, me parece que esos temas le dan una riqueza al disco que sin esos temas no tendría. Me parece que en el directo son fundamentales, la peña se queda petrificada. Y al acabar aplaude como joder lo que acaba de pasar aquí.

Alberto: Yo estoy súper orgulloso. Ves que la gente se concentra, se calla y si alguien habla el resto le miran como ¡cállate! Eso me flipa, tío.

De hecho situar esos tres temas en medio del disco fue premeditado, ¿no?

Alberto: Hablamos mucho del orden, le dimos bastantes vueltas, nos costó un poco tomar la decisión.

Jangitz: A mí me encanta empezar con Año 2000 y luego que entre Hernani es como “jódete”. En plan es que esto es así, es mi película. Me he tropezado, me he caído.

Alberto: También son cosas que vas viendo, igual no eres consciente hasta que las tienes delante. Somos un poco peliculeros, buscamos un poco forzar los altibajos, forzar ese tipo de cosas y hacer que eso pille un ritmo peliculero, que le dé un drama, un discurso.

Jangitz: ¡Como un Western!

Alberto: Si fuera todo un disco entero de hits no me lo escucharía yo ese disco.

De hecho no, si hubieses hecho un disco entero de hits probablemente escucharías el aleatorio de Spotify y no te los pondría.

Alberto: También hemos intentado, como dirían Chinatown, sacar filón de lo cutre. En realidad es para lo que nos ha dado un año: hacer las canciones, hacer las letras… Construir todo eso nos ha costado sudor.

¿Un año? Pero es rapidísimo eso.

Jangitz: Pero sí que hemos sacado filón de lo cutre, ¿eh? O sea nos ha quedado casi todo dentro.

Alberto: Claro, ha sido como: venga, esto es lo que tenemos, hay que creer en ello. Si nos ponemos a “terminarlo”, a hacerlo más completo el disco no saldría hasta dentro de no sé cuanto y creo que nadie quiere eso. Los primeros nosotros.

Jangitz: No hemos descartado nada. DjDj empezó siendo un calentamiento y acabó en el disco acabó siendo una escena de Cowboy Bebop.

En el disco hay varios momentos que musicalmente parecen sacados del opening de un anime. De hecho los dibujos animados están presentes en espíritu a lo largo de todo el disco. La pregunta no tiene nada que ver con todo esto, pero yo quería decirlo. ¿Se opone Sal del Coche a la seriedad y a la gravedad? Del uno al diez, ¿cómo de importante es divertirse?

Alberto: Pero es que todo eso es super grave. Divertirse es importante.

Jangitz: Es diversión pero es gravedad también. O sea yo si me pongo cool en Hernani me pongo cool de cojones, y me voy a hacer el dramático de la hostia. Pero si me quiero divertir pues también puedo: ju, ju, ja, ja.

Alberto: Es que luego ves bandas muy solemnes sobre el escenario que fuera del escenario son majísimos y graciosísimos y dices joder, ¿por qué este estiramiento?

Jangitz: Pero porque es el acto dramático.

Alberto: Sí, sí. Pero quiero decir… Yo creo que lo que somos es directos. Como que no nos cortamos de diversión, no nos cortamos de dramatismo, no nos cortamos de nada. O sea, es más emocional que divertido. Creo que hay de todo, porque hay momentos trágicos, frases trágicas, aunque se griten como con risa, pero creo que le metemos también tragedia.

Jangitz: ¿Es que cómo vas a decirlo para no cortarte las venas? Si no fuera por esos momentitos me hubiese tirado ya por una ventana.

Alberto: Hay peña que canta como “estoy tristeeeee” [tono triste]. Pero creo que no somos nosotros, al menos todavía no.

Jangitz: Yo sí, pero… Pero yo qué sé, chico, ya está.

Lizardi: El directo es pura diversión, claro.

Alberto: También es que disfrutamos mazo de tocar.

Lizardi: También, no sé, DjDj es como una escena… Cada uno tiene su imagen.

Jangitz: ¡Es como un cómic!

Alberto: También hay que creer en eso. Estoy seguro que cuando empezamos a hacer eso era como ¿qué estamos haciendo? ¿por qué hemos hecho esto? ¿es gracioso? Sí. Bueno, pues lo hacemos así y ya veremos. Y de repente, el hecho de haber creído en ello nos permite ahora decir: guau, este tema, qué cosa más loca.

Jangitz: A mí mi padre cuando le enseñé Hernani 3 me dijo: Ennio Morricone. Claro que sí. Ahora la toco siempre como si fuera spaghetti western.

Los tres tenéis exitosas carreras musicales pasadas o en paralelo. Podría decirse que habéis conseguido ya muchas de las cosas que las bandas se proponen al inicio, como por ejemplo tocar en el extranjero, tener reconocimiento de la crítica musical o ser un músico reconocido. ¿Qué os gustaría conseguir con Sal del Coche?

Jangitz: [Rapidísimo] Que la peña baile.

Alberto: Tal cual.

Jangitz: Yo no considero que yo haya… Bueno, sí que he conseguido algunas cosas. Pero para mí mi kriptonita es que la peña se esté parada. Necesito que la peña baile, que no haya soldados. De hecho en Barcelona, en la Vol cuando levanté la cabeza y vi peña bailando con temas nuestros, pensé “ya está, yo me podría retirar mañana”. Es verdad.

Alberto: Pero es algo que hemos conseguido, porque hemos tocado en diferentes contextos y más o menos en todos la peña ha conectado. Hemos tocado en Burgos, hemos tocado en fiestas de Gasteiz…

Jangitz: Bueno, no todos los días son el día D. Yo quiero muchas cosas, quiero que mi grupo sea todas las cosas que me pasan por la cabeza a la vez, y eso tampoco puede ser. Te petaría también el sistema de recompensa si siempre fuera así, y el día que no fuese así la patada sería doble o triple o cuádruple.

Alberto: Bueno, si la peña no baila nosotros sí bailamos. Que se jodan.

Vale, para acabar, pregunta ligera. Claramente sois personas de un gusto musical ecléctico. Mencionáis a menudo canciones o artistas de estilos muy diferentes, de electrónica, de rap, de Roots music. ¿Qué escucháis cada uno realmente en vuestra casa? O mejor aún: ¿realmente escucháis música en casa, o dónde escucháis normalmente música?

Lizardi: Yo me pongo mucha música a lo largo del día. Para trabajar me pongo música. Cuando estoy en casa me pongo música. Para dormir me pongo música.

Alberto: Lizardi y yo no nos conocíamos tampoco muchísimo, no habíamos hablado demasiado, y a mí algo que me molaba de él era todo lo que sabía de hip hop noventero.

Lizardi: Bueno, realmente los tres escuchamos hip hop noventero. 

Jangitz: Pero mira como estábamos en Nochevieja con Thelonious Monk, jajajaja. Yo escucho más música en el curro, pero me saturo mucho también. Igual me paso una semana sin escuchar música, escuchando podcasts o lo que sea. También a mí lo que me pasa mucho es que nos hacemos listas para nosotros mismos y acabo escuchando eso como una especie de endogamia repetitiva.

Lizardi: Yo me las pongo mogollón. Tenemos tres listas en Spotify a las que vamos subiendo cosas los tres.

Jangitz: Yo me las pongo todo el rato.

Alberto: Este luego devora música como un puto animal. Tú escuchas hasta lo que no te gusta, escuchas de todo.

Jangitz: ¿Tú crees? Qué va, lo que soy es un poser. Digo ah esto tal, pero igual me he oído una canción.

Alberto: Pero lo sabes… descifrar.

Antes dijiste que mola el disco de Mecano del reloj, eso denota un nivel de ecleticismo alto.

Jangitz: Me sé dos canciones de ese disco. Jajajaja tengo los putos cojonazos de decir qué guapo ese disco, pero me sé dos temas.

Alberto: ¿Y qué? Algo de lo que hablábamos hace poco es que también que estamos aprendiendo a abrazar las cosas que -ahora se dice mucho- dan cringe. Estamos aprendiendo a decir tío, igual si veo este video cinco veces al día igual es que me mola. Igual hay que decir con orgullo que te mola esta vaina o lo que sea.

Jangitz: No hay capas, no existe tal cosa. Si algo te mola, no te mola irónicamente: te mola y punto. Lo que te dé rabia o lo que estés orgulloso de ti mismo hoy en día es lo que te va a dar vergüenza de ti dentro de unos años. Así que déjate de mierdas.

Lizardi: También hay que saber conectar un poco con lo que quiere manifestarnos la música. Por ejemplo todo el mundo lleva una Ana Torroja dentro y hay que saber cómo conectar con ella.

Jangitz: Tampoco seáis tan parguelas de decir ahora “es que nos gusta todo”. ¿Te vas a poner ahora dos horas de electro-swing? Ni de coña.

[Tumulto con todo el mundo gritando “pero pero pero” a la vez]

Jepo: A ver, es música. Is not that deep. Yo que sé, El Fary, igual no me gusta, pero si es tirititititi igual me mola. Tampoco te va a ofender de primeras siete horas de El Fary.

Alberto: Y hay muchísimos momentos en tu vida. Hay veces que lo que más te apetece es Cachito Turulo y luego hay veces que lo que menos te apetece es Cachito Turulo.

Jangitz: Vale sí, pero a ver, ¿qué es lo que más que escuchamos? Lo que más. Tú, rap.

Alberto: Yo rap, sí. Con los años me doy cuenta que solo escucho rap.

Jangitz: Yo este año campeón número uno del mundo: DJ Rashad todo el rato. Y ya está.

Lizardi: También lo que hablábamos de la lista: uno de nosotros añade un tema de tal grupo e igual no me hubiera fijado, pero lo escucho y digo a ver. Lo escucho dos veces y a la tercera ya digo hostia, ahora ya lo entiendo, ya me mola y ya me lo empiezo a poner.

Jangitz: Es cómo a ver, voy a mirar este tema con los ojos de mi colega.

Alberto: Eso es total, total.

Published On: 26 enero, 2025|Categories: Sal del Coche|Tags: |By |5513 words|