Nuevo disco de Sofia
Cojan asiento. Lo nuevo de Sofia es una cosa muy seria. Pocos discos tan redondos, tan gordos, tan bestias, tan grandes, han salido en los últimos tiempos. Y lo más fuerte de todo es que este elepé inicialmente se concibió para editar un puñado de canciones que Sofia tenía aparcadas como descartes y caras B, madre del amor hermoso. Y sí, con lo que ella considera sobras (para el resto de mortales, “temas impecables e irresistibles”), Sofia se ha marcado un disco para tumbarse boca arriba.
Tumbarse boca arriba de felicidad, de tristeza, de envidia, de stendhalazo, o de lo que te dé la gana. Porque no sobra ni una sola nota, ni una sola canción. Y es que en estos 16 cortes Sofia se pasa todo por el forro y, haciendo exactamente lo que le sale, ha dado a luz un disco para hacer historia. ¿Exageración? Quien no lo vea es su problema.
No busquen otro “El Cielo Blanco” ni “Decir Adiós”, porque Sofia está ya en otra película. Una película más allá, y que ya anticipó con “El ayre del Almena” y con “No lo sé”: composiciones más arriesgadas y también más elaboradas, que bordean el kraut y los sintetizadores de Plantasia, Vangelis, o el Ryuchi Sakamoto de YMO, en una maniobra de evolución verdaderamente épica para alguien que se ha tirado los dos últimos años pateándose toda la península de concierto en concierto. Pop sofisticado y elevado, pero con la actitud de quien va en pijama. Todo esto llevado a su mundo, un mundo que a pesar de la dulzura y belleza que hay en todo lo que hace Sofia es mucho menos naif de lo que podría parecer. La aspereza y agudeza de Sofia se ocultan en los matices, en lo doméstico, en una especie de contención oriental, en una honestidad tan brutal que es una puerta directa a su cabeza.
Todo en ‘Canciones para saltarse por encima’ es excelso, desde el título, al arte de Patricia Fort, al concepto, al sonido (como siempre pulido a la perfección por la propia Sofia). Tiene temas bailables, temas para escuchar atentamente y flipar con cada escucha, hits incontestables (“Hablas debajo del agua”, “Una obsesión”), momentos hipnóticos (“Desierto rojo”), interludios impresionantes (“Mi turno”, “Manolín, ves a dormir”), cierto misticismo (“Bendíceme”), pasajes desconcertantes que podrían haber sido concebidos en 1967 (esa musiquilla de feria en “E2021 I”). Y qué decir de “A la señora de la fila del cajero”… si una de las virtudes de la música es dotar de espina vertebral a nuestras experiencias y acompañarnos en nuestro día a día, pongamos un check ahí también.
Sí, Sofia dice muchas cosas sin decirlas directamente. Esa es una de sus magias. La otra, hacer temas como castillos. Y quien quiera comida rápida, que se acerque al vending.
‘Canciones para saltarse por encima’ ha sido editado en vinilo de 12″, vigilen que sus dos anteriores referencias se agotaron y ahora viene el rasgar de camisas. Estará presentándolo en la Sala Vol de Barcelona el próximo viernes 26 de mayo.