Entrevista a Los Yolos

‘Nos siguen por delante’ es un disco importante. Para entender qué caldo de cultivo puede dar lugar a esta obra preguntamos a Yolos, que responden en su salsa, desde las calles del Raval. Es la primera entrega de las entrevistas de la casa en Humo Internacional.

Por Tutti DuPlenty

Denis: ¿Qué? Espera espera que no sé cómo se desbloquea esta moto.

Raúl: Venga pregunta.

Denis: Pero cada uno a lo suyo, ¿eh? Yo estoy intentando desbloquear esta moto.

‘Nos siguen por delante’ es un disco mucho menos estático que ‘Rock Ciudad’: las canciones están llenas de cambios, las letras son mucho más discursivas. ¿Este cambio fue premeditado? ¿Es reflejo de algo?

Raúl: No es premeditado. Vamos haciendo lo que nos inspira cada momento, en los ensayos y en casa sale lo que sale. Luego ponemos en común, se hacen cambios… Así, sobre la marcha.

Stefano: Es reflejo de nuestra experiencia vital, yo creo. Sí que hay una búsqueda, una intención de ser angular, pero… tampoco es como “vamos a hacer un mapa de la movida”. Es más bien: “vamos a buscar eso”. No es para incomodar, sería como para desorientar, ¿sabes? No mola ser predecibles todo el rato.

Raúl: Para hacer pensar.

Stefano: Claro, aunque esté envuelto – espera, ¡trae unas birrillas! – aunque esté envuelto en algo que pueda parecer más pop, al final es precisamente para eso, para poder ponerlo en contraste. Igual desde el pop es más fácil subvertirlo que desde un género que ya es subverso per se.

Blai: Es que si no no es pop, porque no se actualiza, no llega a ser pop. La gracia era hacer algo diferente. También por nosotros mismos, por disfrutarlo, por hacer algo que nos aporte más, y no seguir haciendo la fórmula que hicimos antes. Y bueno un saludo al Toro que está patrocinando esta entrevista.

Raúl: ¡Al Pato, el road manager de Los Yolos y mejor persona del mundo!

[Brindis] ¡Salud!

Cuando os planteáis un disco nuevo, ¿pensáis de antemano cómo queréis que sea?

Stefano: Grosso modo, de una forma amplia.

Raúl: Buscamos una emoción, más que nada.

Stefano: Quizá nos planteamos una cosa muy abierta que puede llevarnos a un puñado de lugares, y realmente por más que intentemos acotarlo nuestra propia forma de ser lo va a llevar a un lugar que no tenemos ni idea.

¿Y cuando os planteáis una canción nueva?

Stefano: Estamos todo el tiempo pensando canciones nuevas. Aunque estemos por ahí tocando, aunque en los ensayos estemos practicando las canciones que ya tenemos, siempre estamos haciendo canciones nuevas.

Denis: Cada ensayo sale una canción nueva yo diría.

De hecho en ‘Nos siguen por delante’ hay canciones que ya tocabais en directo desde hace tiempo, y una que incluso ya fue publicada. ¿Cuánto puede evolucionar una canción hasta convertirse en otra? ¿Qué necesita una canción para ser retomada?

Blai: Yo creo que es algo que pasa un poco de manera natural, que se equilibra naturalmente. Igual nos acordamos de tal tema que se hizo con otra formación y volvemos a tocarlo, y ahora lo tocamos diferente.

Stefano: Una canción se convierte en otra porque se sienten distintas. Y sabemos que una canción es parte del setlist porque aporta algo al directo. Va pillando otra forma conforme nos vamos sintiendo en cada momento… Por ejemplo la de “El Peso del Tiempo” era mucho más oscura. Quizá lo que hace que la retomemos es que se preste mucho al directo.

Tanto en disco como en directo la música de Los Yolos concede un papel prácticamente central al sonido, y además lo emplea de una manera especialmente creativa. Los Yolos se preocupan por su sonido mucho más que la mayoría de grupos de rock. El sonido forma parte de la propia composición de las canciones, y a veces da la sensación de que usáis diferentes texturas como si fuese una paleta. El resultado, tanto en el disco como en directo, es de una notoria riqueza y revela un perfeccionismo muy bien llevado. Sin embargo, habéis grabado ‘Nos siguen por delante’ en vuestro propio estudio casero, y habéis tomado parte activa en la mezcla junto a Eduard Bujalance. ¿Por qué esta decisión?

Raúl: Mmmmm cuanto más cerca estás del decidir tú el sonido, más cerca estás de expresar tú realmente lo que quieres.

Stefano: Claro, si tienes un productor y vas a una sala que alquilas por horas, y tal y cual, hay presión, hay un montón de historias.

Blai: Y no teníamos claro el sonido que queríamos. Lo fuimos descubriendo conforme grabamos los temas. Si vas con alguien y tienes X tiempo igual tomas una decisión que a la semana no te gusta, y ya está hecho: ya está pagado y no puedes volver atrás. En cambio con un amigo, con el Edu: total libertad para hacer cambios, para quedar con él, ir a su casa, volver a grabar, cambiar la mezcla de estilo. Bueno, por libertad y porque a le motivaba mucho también.

¿Y qué lugar ocupa para vosotros la grabación y la mezcla?

Raúl: Pues la grabación ocupa un lugar esencial, que es que hay que hacerlo porque no queda otra. También tiene que ver con las ganas de aprender técnicamente.

Blai: Sí, la experimentación técnica.

Stefano: Sí, y también que queden las cosas en crudo. Que la idea quede como bastante desnuda, para luego nosotros en directo poder afinarla, ¿sabes? Y trasladarla. Es como que realmente si las cosas se refinan mucho en la grabación luego en directo de alguna forma no la puedes defender. O sea, es como que te quedas más desnudo ante el directo y dices hostias, cómo hago para hacer esta pegada… Y también no refinar la grabación es un poco como ir en contra de todo lo que hay establecido hoy en día, que es como… Hoy en día en tu propia casa puedes hacer que todo suene super pepino, todo super chetado y tal, pero es como ¿qué papel le queda al oyente? ¿Qué puede completar después de eso?

Raúl: Estímulo, estímulo, estímulo.

Stefano: Es todo estímulo y entonces lo otro es como que dejas al oyente que complete un poco la escucha. Al final es ser un poco generoso con el oyente, yo creo.

Si el sonido es uno de los protagonistas de la música de Los Yolos, las letras son sin duda otro. Las letras de Yolos son muy barrocas: no insisten en una idea ni se repiten, sino que cambian constantemente dentro de una misma canción, y van avanzando como una especie de relato o de diálogo con quien escucha. A la vez, son todas muy exhortativas: es una persona hablándote A TI. Es como si una especie de consultor yonki te hablase en la calle: “cuidado que yo sé lo que hay ahí fuera”. A veces se aprecia claramente que las letras hablan en boca de otra persona (como en “Pato”), y otras veces parecen revelar un ejercicio de introspección (“Dentro de ti”), y todo esto mezclado con reflexiones profundas, soltadas como quien no quiere la cosa. Una vez soltado todo este rollo: por favor, ¿cómo hacéis las letras?

Raúl: Pues las letras están hechas de diferentes maneras. Muchos de los temas parten de la improvisación: empiezan los músicos a improvisar con una base y yo según la sensación o lo que me dice el tema hablo de lo que he vivido ese mismo día, o de lo que viví hace 5 años, o lo que viví hace 20, o de lo que quiero vivir en el futuro, o de un pensamiento fugaz que se pasa, y que se convierte en algo más extenso y más grande. Y bueno, más que nada se trata de hablar de lo de los adentros, ¿no? Y mostrarlos ahí, en la cara. Bueno y no todas las letras son mías, algunas son mías y otras yo las empiezo.

Stefano: En general es una puesta en común. Al final es como si hicieras arreglos de las propias letras. O sea: partimos de una idea, Raúl improvisa, luego vamos arreglando entre todos, y vamos montando. La gran mayoría es improvisada, como pasa al final incluso con las grabaciones.

Raúl: Cool World por ejemplo está improvisada el mismo día de la grabación, y otras más también. Mmm. Incluso a lo mejor en un concierto, yo que sé, me apetece decir algo que no estaba en la letra y lo digo. Y luego al final se acaba incluyendo en la letra, porque muchos de los temas los vamos tocando y no están grabados.

¿Qué os planteáis cuando os sentáis a escribir una letra?

Raúl: Lo que nos planteamos es no ser unos cobardes y no tratar al espectador como si fuera una persona que no tiene neuronas. A veces son un poco eclécticas y el mensaje puede ser difuso, pero esa también es un poco la idea. Que la gente construya su propia sensación, o sus propias conclusiones.

Stefano: No darlo todo mascado, vamos.

Una cosa que también me llama la atención mucho en Yolos es como la belleza y una mirada positiva definen de principio a fin todas vuestras canciones sin excepción, pero sin embargo, paradójicamente, lo negativo está siempre presente. ¿Qué papel cumple la negatividad en vuestra música?

Raúl: Pues a ver. Si a un humano le quitas el futuro, lo has matado. Si no le das esperanza, lo has matado. Entonces antes que pensar en la negatividad, pensamos en la luz, en el motor creativo, que es lo para lo que está el arte. Y la negatividad… es que nadie se escapa de la negatividad, forma parte de la vida.

Stefano: No hay claridad si no hay una zona oscura.

Creo que una de las cosas que más me gusta de Yolos es lo fuera que estáis de todo, en el sentido de que ni estilísticamente, ni socialmente, formáis parte de nada que no sea puramente vuestro. Es como que vuestra música transmite de una manera muy directa “estos somos nosotros haciendo nuestra movida en nuestro mundo”. Creo que por eso a veces podría parecer que estáis fuera del mundo (fuera de Barcelona, fuera de la música, fuera del siglo XXI), y otras veces es como si os encarnaseis por unos segundos en la quintaesencia de todo eso, o incluso fueseis por delante. Me parece por ejemplo muy revelador que para el vídeo de Cool World construyeseis prácticamente un mundo entero en el que vivir: mientras la gente cuando va a hacer un videoclip se pone a pensar en cámaras caras, vosotros os tiráis una semana construyendo con vuestras propias manos un mundo para poder estar en él. Está claro que para vosotros el escenario en el que os situáis es importante. ¿Qué consideráis que es para vosotros vuestro entorno, vuestro contexto?

Raúl: A ver, sí, yo a veces me siento bastante fuera del mundo. A veces esta burbuja en la que vivimos es… buf. Hay mucha gente con la que no puedes conectar, gente que tenemos cerca, no sé. La familia, los amigos… puede que no estén en nuestro mundo, pero porque es el mundo que hemos elegido nosotros, porque el otro no nos gusta. Pero al final a esa gente le acaba gustando porque como nos lo ven pasárnoslo bien y como lo explicamos de una manera no sé, sencilla…

Stefano: Sí, es sencillo pero es intrincado. A ver, yo siempre pienso… No sé, yo no creo que la realidad supere a la ficción. La ficción supera la realidad siempre.

Raúl: La realidad es más cruda.

Stefano: Sí pero que sea más cruda no quiere decir que la supere, ¿sabes? O sea, para mí la ficción es donde quiero estar.

Raúl: Pero la ficción está limitada en el tiempo. La realidad está pasando todo el tiempo.

Stefano: Pero la ficción, tío. O sea, tú te la construyes. No sé, para mí es más poderosa. A veces en Los Yolos la ficción irrumpe en la realidad, y para mí esa es la clave. Porque la realidad es de lo que quiero desaparecer cuando estoy haciendo eso, ¿sabes?

Raúl: Sí, vale.

Stefano: Bueno, yo lo que pienso es eso. A ver la pregunta era qué consideráis que es para vosotros vuestro entorno, vuestro contexto. Es cierto que nosotros somos, o sea… es un poco exhortativo. Es pensar como en lo más particular nuestro y hacer algo que pueda llegar a una cosa más general y que pueda entender más la gente. Aunque no sé si lo conseguimos. Bueno, eso depende del espectador.

Raúl: Pero para nosotros nuestro entorno es algo divertido, que nos hemos construido nosotros y que nos gusta estar ahí. Porque si no estás a gusto en tu entorno, buf vas mal.

Otra de las dimensiones de Yolos que os da una personalidad y carácter especial es vuestra vinculación con el mundo de las artes plásticas. Todo lo visual en Yolos está extremadamente cuidado y denota una idiosincrasia única, muchas veces marcando una línea que puede dejar fuera a muchas personas, gustos y sensibilidades: desde las portadas, a los carteles, a los videoclips, a la puesta en escena en directo, a vuestros trajes. Nada nunca es predecible ni repetido, y todo se convierte en un canal de expresión. Raúl, Stefano, Blai y Denis estáis vinculados directamente al arte plástico, que es otro de vuestros canales. ¿Os relacionáis de la misma manera con la música que con el arte plástico? ¿Preferís alguno de los dos canales en algún sentido?

Raúl: Sí y no. Todas las disciplinas artísticas son parecidas y cuando conoces una tienes herramientas para poder desarrollarte en la otra. Porque al final la música también la entendemos mucho por textura, por color…

Stefano: Tienen cosas similares en el sentido de los procesos, pero luego al final con la música estás tratando con una línea de tiempo y en el arte plástico sabes que es algo más estático, o sea que no muta a través del tiempo, sino que permanece.

Raúl: ¿También nos aburrimos un poco del arte plástico por todo lo que conlleva, no? Las inauguraciones, exposiciones…

Stefano: Sí, la música también es una suerte de huida de lo que es del arte plástico. Como que construyes algo temporal que funciona en el momento que lo escuchas y luego desaparece.

Raúl: Yo últimamente me aburro cuando voy a ver exposiciones o cuando voy al museo. A veces no, pero normalmente me suelo aburrir. Con la música nos divertimos más.

Stefano: Es más dinámica.

Raúl: Sí, es más dinámica, tiene más respuesta…

Las drogas están presentes de manera manifiesta en las letras y la música de Los Yolos. ¿Qué papel cumplen las drogas en vuestro proceso de composición?

Raúl: A las drogas: respeto. Miedo no: respeto.

¿Y el papel que cumplen?

Raúl: Principalmente la inspiración. Yo creo que es algo muy personal de cada uno, porque las drogas para cada persona son una cosa diferente, y hay gente que ha podido tener malas experiencias con las drogas, o buenas, o ninguna, porque no las ha tomado. Pero a ver, el uso de las drogas tiene que ver con la espiritualidad. Los monjes se colocaban con con el centeno podrido y en las cuevas en el Paleolítico se colocaban con hongos. Y ahí veían imágenes, veían cosas que que no están en el mundo físico y real, y que al final también te conectan con una cosa más universal y más global de entenderlo todo.

Stefano: Y bueno, también es el día a día en el que vivimos. En el sentido de que toda la gente que conocemos se droga, estamos en un ambiente en el cual la droga es algo que está totalmente normalizado, y al final es lo mismo que hablar de amor, de miedo… no sé, o de tumbas, ¿sabes? O sea al final está al mismo nivel. Sabes que vas y te tomas una caña, o que te despiertas por la mañana y has tenido un mal día.

Raúl: Y juegan un papel de evasión también, ¿no?

Stefano: Sí, pero como tantas otras cosas.

Raúl: Pero la balanza siempre tiene que tirar más hacia la creatividad, no la evasión. Porque en la evasión estás escapando.

Stefano: Pero uno puede entender la creatividad como una suerte de evasión, y no pasa nada porque al final lo sublima. La historia es cuando la evasión es simplemente por por la huida hacia adelante. Y al final hacer música a partir de las drogas, no sé, es como lo más natural del mundo. Igual que hablas de, yo que sé, de cómo cierra el bar el Pato, puedes hablar de cómo te has colocado una noche, pero sin más.

Raúl: Yo creo las drogas están también para para desbloquear cosas en las que estás como encajado, ¿no? O que la vida te ha puesto ahí y las drogas a veces te ayudan a salir un poco de esa jaula y verlo desde fuera. Y entonces ese colocón que tú tienes lo aplicas a tu vida, a tu vida real. No es como que se queda ahí, ¿sabes? Tú después de ahí sacas tus conclusiones y también puedes tener herramientas para entender cosas de lo que te pasa, de lo que quieres, de lo que te disgusta, de lo que… No sé, ir haciendo.

Transeunte que pasa por ahí: ¡Adios guapos!

Pues hasta aquí la entrevista.

Raúl: Sobre todo pasárselo bien. No pensar mucho en estas cosas tampoco.

Stefano: Sí.